Obras de Misericordia
Dar buen consejo al que lo necesita.
¡Cuánto bien puede hacer un buen consejo! ¡Y cuánto mal puede hacer un mal consejo!
Una de las obras de misericordia espirituales es esta de dar buen consejo al que lo necesita. Y podemos tomar el ejemplo de la Virgen, que dio el Buen Consejo a los servidores de las Bodas de Caná: “Hagan todo lo que Él les diga”.
Así también nosotros debemos aconsejar a nuestros hermanos con las enseñanzas del Evangelio, cuando vemos que lo necesitan y es el momento oportuno.
Dar consejo no es ordenar, sigo sugerir, ponerse en el lugar del otro y, caminando un tiempo con sus zapatos, tratar de aconsejar de la mejor manera posible, especialmente inspirados por el Espíritu Santo que nos dirá la forma y el modo de dar el consejo, ya que Él es quien da la luz que tanto necesitamos para cumplir con esta obra de misericordia.
No tenemos que ser sermoneadores y corregir a todas horas, cansando y desalentando a los hermanos, sino que tenemos que saber ser prudentes y aconsejar cuando la otra persona lo necesita y nosotros estamos capacitados para hacerlo.
Si tenemos buena voluntad, paciencia y amor, Dios hará el resto y nos dará palabras sabias para aconsejar cristianamente.
Jesús, en Vos confío.