Quince minutos con Jesús Misericordioso
Caminar de tu mano.
Jesús, quiero caminar de tu mano como un niño pequeño de la mano de la madre que tanto lo ama. ¡Y tú me amas tanto! ¡Me amas infinitamente y te has dejado matar por mí, para salvarme de Satanás y de su Infierno! ¡Gracias, amor mío! ¡Gracias, mi Dios y Señor! Confío en tu misericordia infinita y que lo que has comenzado lo terminarás, y que si has hecho ya tanto por mí, seguirás haciendo mucho más por mi salvación. Quiero confiar cada vez más en tu misericordia, Jesús, porque a veces, bajo el peso del dolor o la enfermedad, me vienen dudas o desconfianza. ¡No permitas que sea así, Señor! Porque sé cuánto te hiere la desconfianza de las almas, y mucho más la de las almas elegidas por ti. ¡Piedad, Señor, de mi debilidad! Ayúdame a ser un niñito pequeño que confía ciegamente en su mamá que tanto lo ama. Sí, Señor, ya creo que después de estas palabras ha aumentado mi confianza en ti, que eres la Bondad infinita, y creo que no me puede suceder nada realmente malo, porque voy de tu mano. Te amo, Jesús mío.