Quince minutos con el Divino Niño Jesús
¡Providencia!
Divino Niño Jesús me encomiendo a Ti para poder salir adelante con los medios materiales que Tú, buenamente, me concederás. Porque si bien Tú quieres que nos ocupemos y preocupemos por lo espiritual, también quieres que, en la justa medida, nos ocupemos y preocupemos por lo material, ya que no somos sólo espíritu, sino que vivimos en un cuerpo y tenemos necesidades, y Tú, Pequeño Niño, quieres satisfacerlas.
Señor, te prometo ayudar a los pobres y hacer obras de caridad y misericordia si me ayudas a salir de esta situación difícil en que me encuentro, porque sé muy bien que Tú concedes todo lo necesario a quien confía en Ti, y a quien te lo pide por los méritos de tus doce años de infancia.
Pequeño Señor, estoy en tus benditas manos y me quedo conforme con todo lo que hagas de mí, ya sea que tenga abundancia de bienes o escasez, porque sé que todo será para mi bien. ¿Quién sabe si el obtener bienes materiales no me llevará lejos de tus caminos? Por eso a veces pienso que es mejor ser pobre e incluso pasar necesidades, antes que perder el Cielo, perder para siempre el alma por el amor desordenado a las riquezas, al dinero.
Por eso, Señor, buenamente te pido providencia. Pero Tú sabes qué es lo mejor para mí, para mi salvación, porque lo que hoy puede ser la gran solución, tal vez no lo sea para el futuro, ya que Tú ves el futuro.
¡Cuántos que se hicieron millonarios y ricos, están ahora ardiendo en el Infierno, porque vendieron su alma al demonio de las riquezas!
Entonces, Jesús Niño, dispón de mí como quieras, y dame lo que me hace falta. Y si tengo de sobra, que no lo use para el mal o avaramente, sino más bien que atesore para el Cielo, haciendo buenas obras.
¡Gracias, bendito Niño!