EL AMOR DE DIOS
Sin importar el momento, sin importar la situación
No olvides que el amor de Dios reside en tu corazón.
Si no lo sientes, si no lo encuentras, busca en
lo profundo ese sentimiento que siempre ha estado ahí.
Dormido por tu dureza, apartado por tu frialdad.
Pero nunca muerto ni desaparecido.
No te culpes por las cosas malas que has hecho,
pues no hay nada que puedas hacer para que Dios
te ame más, ni nada para que te ame menos.
El amor de Dios es el mismo desde que te creó.
Solamente los humanos dejamos de amar
cuando se nos olvida, ignora o trata mal.
El amor de Dios no es lógico ante nuestros ojos,
sólo puedes aceptarlo con los ojos de tu fe.
Haz hoy la prueba dondequiera que este mensaje
llegue hasta ti, y acepta que Dios te ama, pues eres su creación.
Sus brazos están siempre abiertos para recibir a sus hijos...
y tú eres uno de ellos.