Ir a conocer a Jesús.
Jesús está glorioso en el Cielo, y allí no podemos ir todavía a charlar con Él y a conocerlo. Pero Jesús sí está realmente presente muy cerca de nuestras casas y allí sí podemos ir a conocer a Jesús y a conversar con Él. Porque Jesús está en cada sagrario en que hay hostias consagradas.
Vayamos entonces al sagrario de la iglesia más cercana a nuestra casa y hallaremos allí a Jesús en todo su esplendor, como está en el Cielo, con toda su gloria y poder, pero oculto en la humilde apariencia del pan.
No podemos decir que conocemos a Jesús si no tratamos con Él.
Entonces vayamos a visitar a Jesús que está en el sagrario. Porque aunque Jesús, como Dios, está en todas partes, también es cierto que como hombre está en el Cielo y en los sagrarios de la tierra.
Ya el Señor les dijo a los primeros discípulos que le preguntaron dónde vivía: “Vengan y lo verán”. Y así nos dice hoy Jesús a los que queremos conocerlo y queremos saber dónde mora el Señor: “Vengan y verán”.
Vayamos al sagrario y compartamos con Jesús al menos unos minutos, ojalá pueda ser por lo menos una media hora, o más tiempo si podemos, porque ese tiempo será tiempo de Paraíso, en el que Jesús nos irá transmitiendo su Espíritu y sus gracias a manos llenas, y nunca saldremos de su compañía de la misma forma que hemos llegado, sino que volveremos a nuestras casas, a nuestras ocupaciones, con el alma llena de gracias y de consuelos celestiales, y con mayor y más profundo conocimiento de Jesús.
¡Alabado sea Jesucristo!