La belleza interior y la belleza exterior de una persona están muy relacionadas, pues si, interiormente no estamos bien, lo reflejaremos en nuestro rostro.
Estamos acostumbrados a admirar a la gente por su belleza exterior. El vestido que llevan, su dinero, sus coches y no nos preocupamos realmente por lo auténtico; la belleza interior.
Como sabemos la cara es el espejo del alma.
Sólo cuando una persona es feliz se encuentra bien consigo misma, con su cuerpo, con su trabajo, con la familia, los amigos y todo lo que le rodea.
El que está feliz internamente se siente bien y está claro que eso lo notamos todos externamente. Eso es la belleza interior.
Estas personas sen ve bien sin necesidad de maquillaje; en cambio, a menudo, por más que puedas maquillarte o esconderte detrás de unas gafas de sol, una ropa cara o intentes forzar una sonrisa, todo el mundo se da cuenta de que no estás bien ya que la salud y el estado de ánimo (los celos, la rabia, la depresión) no se pueden ocultar.
Hoy en día la gente se gasta verdaderas fortunas en operaciones de cirugía estética, en ropas costosísimas, en estilistas, en dietas milagrosas pero nunca conseguirán su objetivo.
¿Por qué?
Porque pensamos que todos nuestros problemas personales como el hecho de no sentirnos realizados en nuestro trabajo, en nuestra familia y como personas; todo, absolutamente todo se resolvería si fuésemos los más guapos del planeta.
Luego resulta que vemos aquellas personas que admiramos por su físico (artistas, modelos) y tienen las mismas venturas y desventuras que nosotros.
Desde aquí los invitamos, por supuesto a cuidar y mimar vuestro cuerpo pero por otro motivo y es que es el único que tenemos y hemos de estarle agradecidos ya que es el que nos permite disfrutar de la vida.
Cuidémonos también por dentro, cuidemos nuestra dieta, nuestros hábitos y sanemos nuestras emociones, nuestra relación con los demás..., y seguro que pronto nos sentiremos mucho mejor y pensaremos que somos únicos e irrepetibles que es lo que en verdad somos.
Autor desconocido