¿Es de extrañar
que el mundo esté lleno de dolor,
cuando el hombre deja de lado su belleza,
para su propio beneficio material?
¿Es de extrañar
que los corazones de los amantes se debiliten,
cuando no tienen honor,
el amor que se encuentra en el interior?
¿Es de extrañar
que las personas sin hogar a menudo fracasen,
cuando se les obliga a salir de casa y casa
a buscar otro camino?
¿Es de extrañar
que la naturaleza caiga en ruinas y escombros,
porque la drenamos sin pensar,
permitiendo que se desmorone?
¿Es de extrañar
que los niños se desvíen,
porque no nos tomamos el tiempo,
para mostrarles el camino correcto?
¿Es de extrañar
que el mal sea fuerte y audaz,
cuando no podemos ver nada bueno
y dejamos que nuestros corazones se enfríen?
¿Es de extrañar que el
racismo prospere, amigo mío,
cuando no podemos ver a la persona,
solo el color de su piel?
¿Es de extrañar
que las amistades mueran y se desvanecen,
cuando olvidamos las razones, por
qué se hicieron primero?
¿Es de extrañar que
nuestro mundo haya sido contaminado,
cuando permitimos que nuestras industrias lo
despojen y permuten?
¿Es de extrañar?
Hay tanto dolor y pena,
que ni siquiera parece importarnos,
¿qué ocurrirá mañana?
¿Es de extrañar
que no veamos ningún valor en nuestros hermanos,
y nos mantenemos muy por encima, las
muchas necesidades de los demás?
¿Es de extrañar que
nuestro mundo sea como es,
cuando todo lo que hacemos es refunfuñar
y ninguna acción damos?