Quince minutos con el Ángel Custodio
Ángel Custodio mío, tú sabes muy bien cuál es el plan que Dios tiene preparado para mí, para que yo lo lleve a cabo. Por eso te pido que me ayudes a cumplirlo hasta en los últimos detalles y así cumpla a la perfección la Voluntad de Dios. No quiero pensar en el futuro, sino que me entrego completamente a ti y me confío a tu cuidado, sabiendo que me guiarás por el camino correcto y me protegerás del Maligno. Ángel de Dios que eres mi Custodio, no permitas que me condene al Infierno eterno, porque son muchos mis enemigos y quieren perderme. Especialmente te ruego que estés en el lecho de mi muerte, a la cabecera de mi cama o donde tenga que morir, para que me des palabras de consuelo y me libres de las últimas astucias de mi adversario y tuyo. Tengo plena confianza en ti, que tienes un gran poder dado por Dios, y que no abandonarás a las fauces salvajes a tu custodiado. Yo soy un miserable pecador, y con mis pecados te debo dar asco. Pero te pido que por amor a Jesús, por amor a María y por amor a todos los miserables del mundo, te compadezcas de mis debilidades y me socorras en todo tiempo, especialmente al fin de mi camino en la tierra. ¡Gracias querido Ángel mío, y perdón por mi pasada indiferencia hacia ti!