Unos días sentimos una cosa y otros días otra.
Unos días amanecemos con ideas más brillantes, con mayor seguridad, con mayor alegría, fluidez, entusiasmo , fuerza, paz.
Y hay días en los que nos sentimos abatidos, derrotados, desanimados, sin iniciativa.
A veces nos sentimos deprimido, temerosos, con pereza y desaliento.
Otras veces sentimos culpa, cargos de conciencia y desaliento,
Dios siempre está ahí para levantarnos y animarnos.
Lo único que nos pide es que le seamos fieles,
que sigamos creyendo y dejando transformar la vida con su amor y su palabra,
que aprendamos a manejar
las emociones, pensamientos y sentimientos.
No te apartes de la oración y cuando te sientas mal,
búscale en lo íntimo del corazón,
pues solo en El encontrarás la paz el equilibrio y la madurez necesaria para enfrentar la vida cada día.
No te preocupes por lo que hoy estés sintiendo,
no pongas cargas en tu mente que no te dejan ser feliz,
que solo te preocupan en vano y lo único que hacen es hacerte sentir mal y desanimarte; piensa que todo va a estar bien y
que Dios tiene un plan maravilloso de salvación para tu vida y la de los tuyos.
Estás en mis oraciones
Pbro. Álvaro Carrillo Lugo