Dice San Francisco de Sales: “atrapa más moscas una gota de miel que un barril de vinagre”. Es cierto, con acritud lo único que consigues es empeorar una situación. En cambio con dulzura, aquello que parecía imposible de solucionar, mejora considerablemente.
Vivimos en una sociedad inconformista, critica y egoísta. En mi juventud había una campaña de televisión que me gustaba mucho: “Piense en los demás” Efectivamente, si pensásemos en los demás, nos quejaríamos menos. Los adolescentes se quejan en el momento que no tienen wi-fi, aunque estén en una playa paradisíaca a todo regalo. Los adultos que tienen trabajo reniegan porque se cansan de él. Los que no lo tienen porque su economía no les permite lo más elemental. Los jubilados no saben qué hacer para distraerse, les incomoda no disfrutar de la actividad que tenían antes y así vamos acumulando barriles de vinagre que no sirven para nada.
Las gotas de miel escasean, no las saboreamos, las moscas nos invaden.
Es preciso sonreír, al hacerlo siempre hay alguien que lo aprecia y te devuelve la sonrisa. Tal vez le alegres el día.
Una palabra amable consigue mucho, una crítica desagradable desestabiliza.
Una frase como ésta: “te escucho” une y acerca.
Cuando te acuerdas del nombre de sus hijos y le preguntas por ellos, consigues un aliado.
Si a los médicos les agradeces sus atenciones no por eso te van a curar antes, pero lo harán con mejor disposición.
A las personas que trabajan para ti, te sirven la comida o te cobran en el supermercado, si alabas su buena disposición o su servicio, estarás valorando algo que hacen por ti, independientemente de que lo pagues.
Los niños son los que mejor valoran la dulzura. No hay pequeño que se resista ante un muñeco hecho para él, o un cuento en el que aparece su nombre como protagonista de la historia.
Las redes sociales y la prensa vuelcan el vinagre que todos llevamos dentro. Utilizar las comunicaciones para agradecer, alegrar, informar y aprender es el verdadero progreso.
¿No queremos progresar? Pues recemos todos los días para que Jesús nos enseñe el camino.
ORACIÓN DEL PROGRESO
Jesús te ruego, que nuestro teléfono
Sea para escuchar a los demás,
Y si lo utilizamos para hablar,
Nunca digamos palabras que hieran
Sino que consuelen.
Que nuestro ordenador
Sirva para escribir historias
Que hablen de ayuda, de amor,
Y no relaten envidias ni rencores.
Que las lentillas
Sean el medio para ver mejor
El atardecer que nos regalas cada día,
No los fallos de los que me rodean.
Que nuestro coche lleve
Y traiga todo aquello que ayude
a soportar el peso y el cansancio.
De los que lo llevan a cuestas.
Que la televisión
Sea capaz de captar los paisajes,
Las ciudades, y las buenas gentes que
Forman el universo que has creado,
Olvidando las miserias, las angustias,
que hemos logrado los hombres.
Señor que las fotos digitales
Reflejen la sonrisa de los niños,
la alegría de los jóvenes,
no dejes que salgan oscuras y movidas,
con imágenes de dolor y sufrimiento.
Señor que accedamos a internet
Para comunicarnos con el mundo,
aprender de otras culturas,
enviando mensajes de aliento.
Si nos enseñas a utilizar estos medios
Que la ciencia nos ha dado,
Para conseguir un mundo mejor,
Entonces sí que habremos progresado.