Oración inicial para cada día (opcional):
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dios, Padre Misericordioso, te damos gracias por los favores extraordinarios que concediste a tu hija Santa Faustina a través de quien has manifestado de modo especial el abismo de tu Misericordia sobre la humanidad dolorida y alejada de Ti Te rogamos, con gran confianza, que también con nosotros manifiestes tu Misericordia concediéndonos las gracias que te pedimos en esta Novena si no son contrarias a nuestra salvación.
Día Noveno
Intención: “Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi Misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a Mi Misericordia. (Diario, 1228)
Oración: Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu Misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo
El fuego y el hielo no pueden estar juntos,
Ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo.
Pero Tu Misericordia, oh Dios,
Puede socorrer las miserias aún mayores
Oración: Padre Eterno, mira con Misericordia a las almas tibias, que, sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de Misericordia, Te suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu Misericordia. Amén. (Diario, 1229)