Oración.Yo me compadezco de Ti, ¡oh Madre dolorosísima! Tu corazón fue atravesado por una espada de dolor cuando Simeón te predijo en el Templo la muerte ignominiosa y la desolación de tu Divino y queridísimo Hijo, que un día te tocó presenciar. Por la gran angustia de tu corazón doliente, oh bondadosa Reina del universo imprime en mi mente, en la vida y en la muerte, la sagrada Pasión de Jesús y tus propios dolores. Amén. (San Alfonso María de Ligorio)