El progreso verdadero no es el de los celulares y la INTERNET, sino el del ser que se acerca más y más a un estado de perfección. Aunque la palabra PROGRESO se haya vuelto sinónimo de avances tecnológicos, no podemos olvidar de que el progreso más importante no es el externo, sino es aquel que el individuo hace dentro de sí mismo. En el mundo externo hay ciertos factores que indican que hay progreso como grandes edificios, mejores líneas telefónicas y otros elementos. También hay algunas señales que indican el progreso interior como virtudes y poderes, una mejora en el trato con los demás y una gran sonrisa en la cara.