¿Ya conversaste con el niño y el anciano que dentro de ti se esconden? Habla con este niño que está queriendo correr por las calles, jugar con el agua, ser amigo de todos. Deja que este niño pueda venir a la superficie de vez en cuando y disfrútalo plenamente. Después escucha con atención a los sabios consejos de tu anciano interno. Son las experiencias humanas acumuladas, es el sentido común que todos tenemos. De esta forma, vas a experimentar una vida plena de felicidad y aventura, equilibrada con la sensatez de la madurez.