Puedes escuchar a Dios todos los días.
Deberías escucharlo todos los días.
Dios espera que Sus hijos, los que lo conocen personalmente y conocen Su voluntad y Su Palabra, lo toquen a Él personalmente, directamente, que hagan contacto directo con Él, y no a través de la fe o las oraciones de otras personas.
Si te detienes unos momentos y dejas de pensar en otras cosas, y le das a Él tu atención, escucharás al Señor.
En el fresco del día paseo contigo bajo la agradecida sombra de mi jardín.
Escucho Tu voz entre los árboles y no tengo miedo.
Tu mano que pone a dormir las flores, una por una en sus pliegues de rocío…
…es fuerte para guardarme y competente; no me soltará.
Me hablas a través del viento, me sonríes desde todas las estrellas.
Para mí, no eres sordo ni ciego, ni estás ausente, ni lejos.
La oración no es un monólogo, sino un diálogo cuya parte más esencial es la respuesta de Dios.
Escuchar la voz de Dios es lo que me da la seguridad de que Él escuchará la mía.
Todo lo que hay en la Tierra está sujeto a Ti.
No puedo apartarme de Tu amor.
Tu amor me sigue por doquier.
Deseo ser una presencia amorosa y constante en tu vida.
Quiero comunicarme personal y directamente contigo.
No deseo una relación distante, fría o mental, sino profunda y sincera.
Hijo mio te amo tanto solo quiero 5 minutos de ti podras??