Era una fría y oscura tarde de invierno, estaba un poco mareado. Así que decidí
acostarme, no eran más de las seis, pero así lo hice.
Me encontraba en una larga y oscura sala en la cual abundaban los libros de magia negra y
brujería, en ese instante se me vinieron las débiles palabras de mi abuelo Mauricio antes
de morir: “no lo leas”, yo no le encontraba
sentido a esas pocas palabras, así que decidí explorar la gran sala.
A medida que avanzaba una débil brisa me producía escalofríos, seguía caminando
hasta llegar a un camino sin salida y adornada con una estatua de marfil, era muy
raro ya que
en el suelo había dibujado un tablero de la famosa
ouija y en la parte posterior habían dibujado unas palabras escritas en
latín o eso era lo que yo pensaba, comencé a leerlas aunque me costaba mucho trabajo…
fue entonces cuando escuchaba unas voces de fondo que me decían:
Pedro despierta, ¡¡¡¡Pedro quieres despertarte de una vezzzz….!!!!
De repente di un sobresalto y mi madre y yo nos pegamos un chocazo en la cabeza y a
ambos nos salió un gran “chichón”.
Decidí ir esa noche a la discoteca para despejarme un poco con mi amiga Carmen
y le conté
el extraño sueño, ella no paraba de reírse, en cambio yo no le veía la gracia pues tenía el
presentimiento de que algo no muy bueno iba a ocurrir. No paraba de pesar en las
dichosas palabras de mi abuelo así que decidí preguntarle a mi padre la causa del
fallecimiento de mi abuelo, se quedó muy pensativo durante
varios segundos y me dijo
que eso ya me lo iría contando con el paso de los años, pero yo le dije que quería
saberlo en ese mismo instante, pues una cosa muy extraña relacionada con sus últimas
palabras me
estaba ocurriendo y me preguntó que era y de nuevo expliqué mi sueño y se dio
la vuelta sin decirme palabra en el resto de la mañana.
Al día siguiente, me enteré de que mi abuela había muerto en un accidente de tráfico
cuando se dirigía a mi casa… fue entonces cuando mi padre me explicó la causa del
fallecimiento de mi querido abuelo: Había muerto 12 horas más tarde de hacer la ouija
pero la causa no
se llegó a saber
aunque mi padre me dijo también: “no lo leas” y desde entonces mi padre
piensa que fue porque él había l
eído algo que no tenía que haber leído. Yo también lo pensé y en ese mismo
instante vi una sombra pasar a mi lado, el miedo me invadió de repente, no podía
moverme, quería seguir a la sombra pero algo en mi interior me decía que no lo
hiciera, me armé de valor y la seguí, salió de mi casa y me llevó a un lugar en
el cual yo nunca había estado, otra sombra pasó por mi lado y sentí un gran
escalofrío como el que sentí en aquel sueño tan extraño…la sombra entró en una
casa totalmente deshabitada, yo tenía más miedo que antes y sin saber por qué
me desmayé y mi cabeza pegó un porrazo contra el duro asfalto de la carretera…
Hacía mucho frío, allí estaba mi abuelo, corrí hacía él pero era imposible alcanzarlo, a
medida que corría, su cuerpo se alejaba más y más… y sólo escuché unas palabras
que me dijeron: no te comuniques con mi mundo, es muy peligroso, ya lo entendía,
todo encajaba, mi abuelo se encontraba encima de un misterioso tablero que era
el de la ouija y éste me
quería decir que no jugará con esas cosas.
Me encontraba tendido en el jardín de la misma todo había sido un sueño y
vi que algo turbio estaba asomado a la ventana de la última planta de la
casa. Me armé de valor y decidí entrar…
me encontraba en la famosa sala y todo estaba ahora lleno de extrañas sombras
que se movían con una
gran lentitud…estando
ya encima del tablero donde pude distinguir las extrañas palabras que mi abuelo me
dijo que no leyera, pero no le eché cuenta y las leí, sentía como si mi alma no pudiera
con mi cuerpo, estaba muy cansado, sentía como si me rajaran todo el cuerpo, como
si me quitaran la vida, y así fue, allí estaba mi abuelo, riéndose a carcajadas, yo no lo
entendía pero fue cuando él gritó las mismas palabras que estaban escritas
sobre el tablero
: “Si vous estez que reler la paser no
pooyiez de la vier”, ahora si que lo entendía todo
mi abuelo sabía que más tarde o más temprano las leería(pues el ser humano
es así de curioso
y estúpido) así que dijo que no lo leyéramos para hacer que pareciera que era
muy inocente y que
quería salvarnos, pero allí estaba yo muerto sin poder hacer nada y mis últimas palabras
fueron: “no lo leas”, esperando a que otro tonto lo leyera para reencarnarme en
su propio cuerpo….
“…el mayor error de todos fue que la leyenda dice que será castigado todo aquel que
lo leyera, así que desafortunados ya sabéis lo que os espera…”.