Desconocer los códigos de comunicación de nuestro animal de compañía puede interferir en la calidad de nuestra relación. Sabiendo interpretar mínimamente su lenguaje y sus manifestaciones emocionales, lográremos establecer un vínculo más fuerte.
Existen señales visuales, acústicas y olfativas que son utilizadas para relacionarse con sus congéneres, y son las mismas que utilizará en su esfuerzo por comunicarse con nosotros.
UN ABANICO DE GESTOS
Los humanos hemos perdido parte de esta habilidad por el desarrollo que hemos alcanzado con el lenguaje oral. El habla h sustituido en las personas otras valiosas e interesantes formas de expresión que son fundamentales en la especie canina. La mirada, la posición de los ojos, los movimientos de la cola, los distintos gestos se combinan en el perro en diferentes secuencias estableciendo un complejo mosaico, que deberíamos tratar de descodificar.
OJOS, OREJAS, COLA, BOCA…
Los ojos muy abiertos nos transmiten temor, la mirada fija puede significar desafío; una postura característica en los perros dominantes. Si a nuestro can le cuelga la lengua es que está relajado, las orejas hacia atrás denotan temor o una sospecha. Si en cambio permanecen erectas, es que está alerta ente lo que le rodea. Por cierto, si muestra los dientes no necesariamente estará demostrando agresividad.
La cola en movimiento se traduce en una alegría difícil de disimular. Aunque hay que tomar en cuenta que en ocasiones puede querer transmitir un deseo de relacionarse, que no siempre refleja buenas intenciones (sobre todo si hace un movimiento lento. ) Una cola erecta significa dominio; si está baja, relajación, que no es lo mismo que entre las piernas o curvada, donde está desmostando temor o sumisión.
Posturas que hablan
Un perro agachado con las patas delanteras extendidas y la espalada curvada está invitando a jugar; cuando está en una posición sumisa es frecuente que se gire para mostrarnos sus partes vulnerables. Si el cuerpo está tenso, muestra los dientes con las orejas hacia atrás y mantiene la cola rígida, es que tiene miedo; si la cola está erecta, las orejas hacia arriba y los dientes al descubierto mostrando incluso los incisivos, está preparado para atacar. Un perro relajado y feliz lleva su cola sin tensión junto al cuerpo, con sus mandíbulas descontraídas, moviéndose libremente con la cabeza en alto.
Las señales auditivas constituyen otro importantísimo recurso comunicativo. Los ladridos de diferentes tonalidad permiten comunicar un saludo, una advertencia, un deseo de jugar o una petición de auxilio.