Tal vez porque nos lastimaron, queremos entonces herir, queremos cobrar el daño que otros nos han hecho, sin embargo no es a otros a quienes lastimamos, sino a nosotros mismos.
Detenernos a pensar, por un momento, que si le hacemos la vida mala a los demás, sentiremos la cruda moral, de haber cometido un error.
Aunque existen personas que son como piedras, no tienen realmente escrúpulos, Nos parece increíble pensar, que haya gente inhumana,
Muchos de nosotros nos preguntamos ¿por qué los seres humanos lastimamos?
Personas descritas anteriormente, nos atrevemos a pensar que sus vidas desde que nacieron fueron realmente álgidas, y que jamás tuvieron el cobijo y amparo de una familia y es factible que un resentimiento social haya despertado.
Sin embargo todos los seres humanos, en algún momento de nuestras vidas, hemos tenido un momento infeliz, un momento deprimente, que nos marca, que nos deja huella.
-Solo que algunos se dejan tirar y lloran amargamente, no solo un rato, sino siempre.
-En cambio otros, aprenden, lo superan, e incluso se abren con maravillosas reflexiones que hasta se convierten en pensamientos filosóficos
Gente que se vuelve con la vida, optimista, que de los errores y tropiezos saca algo bueno, y productivo. Y encuentra de esto un camino lleno de ideas creativas,
Cuando la ira se apodera de nosotros, cuando el coraje nos gana la partida, y de pronto rompemos con todo lo establecido, no justifiquemos nuestros actos e intentemos cambiar de actitud
La palabra suele ser un arma mortal, como también puede sanar y mitigar el dolor, sobre todo cuando estas son amables y nos ayudan de algún modo a alimentar el alma, el espíritu y el corazón.
Tengamos presente, que al lastimar a otros, nos deja un vacío enorme. Nos produce la sensación de haber fallado a nuestros principios, corrompemos la moral. Corrompemos nuestra capacidad de ser humanos, volviéndonos entonces vanales.
Detengámonos solo por un instante a no herir antes de que demasiado tarde o que incluso nos arrepintamos para siempre.
Tengamos presente, que al lastimar a otros, nos deja un vacío enorme. Nos produce la sensación de haber fallado a nuestros principios, corrompemos la moral.
Corrompemos nuestra capacidad de ser humanos, volviéndonos entonces vanales.