Algunas ratificaciones y el esfuerzo colectivo nos ayudaran a recuperar situaciones que parecían pérdidas. Será definitivamente un año de nuevas formulas.
Llegamos a un año cuyas cifras sumadas dan seis, un número que expresa actividad y abundancia, al tiempo que poder y decisión. Sobre estos pilares podremos construir nuevas realidades, pero el esfuerzo que nos piden los números es más colectivo que individual. Si bien cada experiencia es única e intransferible, ha llegado el momento de apostar por la unión en aras de conseguir que las cosas mejoren. Urge cambiar de mentalidad, para pensar más en lo que nos afecta a todos por encima de lo estrictamente personal. El planeta reclama nuestra implicación más viva y coherente o nos dará serios toques de atención.
Por otra parte, puede ser un año de recuperación de valores, de afectos, de situaciones que apuntaban a la devastación y que gracias a la toma de conciencia y a la rectificación se salvan en el último momento, tanto en el ámbito sentimental como en el profesional o económico. Surgirán nuevas formulas acerca de cómo se puede generar optimismo, pero desde el convencimiento de que si todos arrimamos el hombro y construimos positivamente llegaremos a edificar algo mucho más sólido.