Veo la tierra alborotada, miro la muerte, el hambre, el éxodo, la guerra, y tanta criatura que se aferra a la idea de Dios, y me retiro
dentro de mí indagando las razones de este divino, ilógico abandono, y cuanto más indago y más razono, más siento vacilar mis convicciones.
En meditación
Oh, Dios, un año más. ¿Qué nos espera? Es tan duro el martillo de tu ira, que, al caer sobre el pobre, más inspira rencor que adoración. Quién comprendiera
tus motivos, Señor. El hombre es fiera para el hombre, y es odio, y es mentira; pero Tú eres amor…que se retira, volviendo en el tsunami y en la hoguera.
Hostigas al humilde, al inocente… Tu símbolo es la cruz, no es el tridente ni el rayo de otros dioses ya proscritos.
Oh, Dios, los que en Ti creen, y te adoran, empiezan a dudar, y te incorporan, por no entenderte, al mundo de los mitos.