Mi tío Poroto se encontraba bien de salud,
mi tía Porota, a instancias de su hija,
es hora de que te hagas una revisión médica-
-Y para qué?,
si me siento muy bien-
-Porque la prevención debe hacerse ahora,
cuando todavía te senties joven-,
contestó mi tía.
Por eso mi tío Poroto fue a consultar al médico.
El médico,
le mandó a hacer exámenes y análisis de todo lo que pudiera hacerse
y que la obra social pagase.
A los quince días el doctor le dijo que estaba bastante bien,
pero que había algunos valores en los estudios que había que mejorar. Entonces le recetó
Atorvastatina Grageas para el colesterol,
Losartán para el corazón y la hipertensión,
Metformina para prevenir la diabetes,
Polivitamínico, para aumentar las defensas.
Norvastatina para la presión,
Desloratadina para la alergia.
Como los medicamentos eran muchos
y había que proteger el estómago,
le indicó Omeprazol y
Diurético para los edemas
Mi tío Poroto fue a la farmacia
y gastó una parte importante de su jubilación
por varias cajitas primorosas de colores variados.
Al tiempo,
como no lograba recordar si las pastillas verdes para la alergia,
las debía tomar antes o después de las cápsulas para el estómago,
y si las amarillas para el corazón,
iban durante o al terminar las comidas,
luego de hacerle un pequeño fixture con las ingestas,
lo notó un poco tenso y algo contracturado,
Alprazolal y Sucedal para dormir.
Esa tarde, cuando entró a la farmacia con las recetas,
el farmacéutico y sus empleados hicieron una doble fila
para que él pasara por el medio,
mientras ellos lo aplaudían.
Mi tío,
estaba cada día peor.
Tenía todos los remedios en el aparador de la cocina
y casi no salía de su casa,
porque no pasaba momento del día
en que no tuviera que tomar una pastilla.
A la semana,
el laboratorio fabricante de varios de los medicamentos
y le regaló un termómetro,
un frasco estéril para análisis de orina
y una lápiz con el logo de la farmacia.
Tan mala suerte tuvo mi tío Poroto,
que a los pocos días se resfrió
y mi tía Porota lo hizo acostar como siempre,
además del té con miel, llamó al médico.
Este le dijo que no era nada,
pero le recetó Tapsín día y noche y Sanigrip con efedrina, como le dio taquicardia le agregó atenolol y un antibiótico, Amoxicilina de 1 gr. cada 12 por 10 días. Le salieron hongos y herpes y le indicacon Fluconol con Zovirax
Para colmo,
mi tío Poroto se puso a leer los prospectos
de todos los medicamentos que tomaba
de las contraindicaciones,
y las interacciones médicas.
Lo que leía eran cosas terribles.
sino que además podía tener
alteraciones del estado mental y otro montón de cosas espantosas.
Asustadísimo,
quien al verlo le dijo que no tenía que hacer caso de esas cosas
porque los laboratorios las ponían por poner.
-Tranquilo, Don Poroto,
mientras le hacía una nueva receta
con Rivotril con un antidepresivo Sertralina de 100 mg.Y como le dolían las articulaciones le dieron diclofenaco.
En ese tiempo,
cada vez que mi tío cobraba la jubilación,
iba a la farmacia donde ya lo habían nombrado cliente VIP.
Esto lo hacía poner muy mal,
razón por la cual el médico
le recetaba nuevos e ingeniosos medicamentos.