Mi querido amor, mi bello destino:
Hoy quiero imaginar un nuevo día, no importa si es con un bello cielo azul y un radiante sol,
o con unas nubes grises con delicadas gotas de lluvia naciendo de ellas…
pero quiero imaginar que todo el día me acompaña tu pensamiento.
Hoy quiero que tengas pensamientos positivos, confiando que todo podremos
lograrlo siempre que nos tengamos el uno al otro.
Confío también, que pese a la distancia, en todo momento puedas sentir mi presencia,
que los latidos de tu corazón te hablen de mí, y que en tus pensamientos
viva yo, así como tú vives en los míos.
Hoy al despertar, quisiera provocarte una sonrisa, recordarte que me tienes para ti,
al igual que yo agradezco tenerte en cada pequeño pensar del día y en cada minúsculo
momento que suceda, pues mi existencia se llena contigo y siempre te llevo
presente en todo lo que hago y digo…
Eres todo en mi vida, y todo cuanto hago no lo hago por mí, sino por nosotros.
Te amo y con eso a mí me basta, espero no perder nunca estas cartas que nos dedicamos,
pues me mantienen conectada a tu corazón. Si por alguna razón quisieras olvidarme,
yo simplemente moriría pues eres imprescindible para mí.
Morir de amor! ¡Qué bella forma de morir sería, siempre y cuando fuera por ti!
Pero eso no puede suceder, pues tengo mucho por lo cual vivir: principalmente por ti
que eres el norte de la brújula de mi vida.
En este día siento un aire especial, como si todos nuestros suspiros estuviesen entrelazados.
Es agradable sentir esta fresca brisa en mi rostro, lo siento como si fuesen tus propias caricias,
esas que hacen que todo sea perfecto.