Estaban dos amigos hablando, y uno de ellos le dice al otro:
- ¿Sabes lo que me pasó anoche? ¡Llego a mi casa, entro en mi dormitorio y me encuentro a mi mujer en la cama con un negro!
Le grité: ¡Oye, negro! ¿Qué estás haciendo? ¡Fuera de mi casa ahora mismo!
Mira, cuando el negro se levantó de la cama (medía casi dos metros y tenía un badajo como la manga de un abrigo) me cogió del cuello, agarró un lápiz de labios que había en la mesita, pintó una raya en el suelo, y me dijo:
¡Como pises esa raya, te mato! ¡Y siguió cepillándose a mi mujer el hijoputa!
- ¿Y tú no hiciste nada? ¿Te quedaste de brazos cruzados mientras se follaban a tu mujer? - preguntó el amigo.
- No, por Dios, ¿por quién me tomas?
Cuando el negro no miraba, yo, con dos cojones...
¡pisaba la raya!
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