Reconoce, en público, las cualidades de aquellos con quienes convives. Elogia sus aciertos.
Anima a tus amigos a progresar destacando sus valores.
No basta con que aceptes
lo bueno de tus amigos. Es preciso declarárselo a ellos,
con sinceridad y entusiasmo.
Cuando sientas la tentación de desacreditar a otro,
guarda prudente silencio.
No malgastes tu talento negando el de los otros.
Proclama a los cuatro vientos, con fervor, los aciertos
y méritos de tus relacionados.
Sé positivo en tu relación con los otros. Conviértete en un fino
instrumento musical para alabar a tus semejantes.
Tiberio López Fernández