Por más que intento olvidar que fuimos primavera en las estaciones de nuestros sentimientos, olvidarte no puedo.
Me duele el corazón cada vez que intento arrancar las flores que plantaste en el jardín interior de mis pensamientos, y desisto una y otra vez esperando ese milagro que tarda en llegar.
Sacarte de mis recuerdos me cuesta un abismo de esfuerzo y borrar las huellas que tus besos dejaron en mis labios, es imposible, pues tatuadas en ellos permanecen.
Intento dejar atrás esta historia que consiguió que te entregara lo mejor de mí y que sacará también lo peor de mi carácter.
Lucho por olvidarte, pero me cuesta un imperio, siendo como eres un instante de felicidad, cuando tus pensamientos acarician mis mejillas, para hacerme saber que me piensas y estas ahí.
Intento olvidar, que los valles de mi corazón fueron besados por tus labios, esos cálidos labios que me invitan a diario a besarte con los pensamientos.