Felipe, te extrañamos
El fallecido animador de televisión cada cierto tiempo vuelve a llenar las páginas de diarios y revistas, las pautas de los programas de TV y, por qué no decirlo, la nostalgia y corazones de todos quienes lo admiraban a través de la pantalla.
Es irónico, pero parece que este comunicador hubiera planeado todo para seguir trascendiendo después de su partida y que todos siguieran tratando de saber más sobre los misterios de su vida privada, como si al saberlos pudieran descifrar el secreto de su éxito.
Eso es por el lado de la nostalgia. Otra cosa es el vacío que dejó en nuestra televisión, porque aún no aparece el comunicador que llene ese espacio y quizás pase mucho tiempo más antes de que alguien lo haga. Porque Felipe tenía esa potente mezcla entre carisma, facha, humor y - sobre todo - olfato para transformarse en la voz de las mujeres. Él decía todo lo que ellas querían escuchar, y quizás por eso no se comprometió con ninguna, porque finalmente estaba comprometido con todas.
Es por eso que la prensa se equivoca al buscar a la “viuda oficial” de Camiroaga, porque al parecer son todas las que alguna vez se sintieron acogidas, protegidas e incluso seducidas por el “Halcón de Chicureo” las que llevarán siempre la pena en el fondo de su corazón. Es cosa de ver como día tras día su cuenta de Twitter sigue recibiendo cariñosos saludos y mensajes de sus seguidores.
La tarea de los que hacen televisión no es buscar lo que Felipe Camiroaga hacía en su vida privada. Si no que la misión es estudiar detalladamente cómo realizaba su trabajo, convirtiéndose en la compañía ideal de las dueñas de casa.
Quizás ahí está la respuesta a lo que pasa hoy, donde la lucha por el rating en la franja matinal es muy pareja e irregular a la vez, donde nadie sabe quién se quedará con las preferencias del público.