Ayer hablando con un amigo, comenzamos a recordar a otro en común, médico él.
Este, con el tiempo se separó de su mujer, y después de un tiempo, ya con 63 años, encontró otra media naranja: un bombón de 22 años con todo justo y en su lugar...
Cierto día este amigo se encuentra en un restaurante con otros médicos, compañeros de facultad, lógicamente con más de 60 años todos, y se sientan juntos a recordar viejos tiempos.
Uno de ellos, impresionado con el bombón que acompañaba a nuestro amigo, aprovechó cuando la chica se fue al baño, para preguntarle cómo consiguió la proeza de estar con un bombón de aquel calibre...
Nuestro amigo con la mayor calma le dijo:
Me he dado cuenta de que para mantener una buena relación con cualquier mujer, lo importante es dónde la besas... Inmediatamente su amigo le pregunta ansioso:
¿Y dónde la besas?
Y entonces, sin perder su compostura nuestro amigo le responde:
En París, Londres, Roma, New York, Tahití...
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