Pensar en ti esta noche No era pensarte con mi pensamiento, Yo solo, desde mí. Te iba pensando Conmigo, extensamente, el ancho mundo. El gran sueño del campo, las estrellas, Callado el mar, las hierbas invisibles, Sólo presentes en perfumes secos, Todo, De Aldebarán al grillo te pensaba.
¡Qué sosegadamente Se hacía la concordia Entre las piedras, los luceros, El agua muda, la arboleda trémula, Todo lo inanimado, Y el alma mía Dedicándolo a ti. Todo acudía Dócil a mi llamada, a tu servicio, Ascendido a intención y a fuerza amante. Concurrían las luces y las sombras A la luz de quererte; concurrían El gran silencio, por la tierra, plano, Suaves voces de nubes, por el cielo, Al cántico hacia ti que en mí cantaba. Una conformidad de mundo y ser, De afán y tiempo, inverosímil tregua, Se entraba en mí, como la dicha entera Cuando llega sin prisa, beso a beso.
Y casi Dejé de amarte por amarte más, En más que en mí, inmensamente confiando Ese empleo de amar a la gran noche Errante por el tiempo y ya cargada De misión, misionera De un amor vuelto estrellas, calma, mundo, Salvado ya del miedo Al cadáver que queda si se olvida