Otro diciembre que te nombra en todos sus pedazos.
Si no estuvieses conmigo, mi vida continuaría sucediendo por inercia, por costumbre, ineluctable sucesión de lunes y domingos, de miércoles desaparecidos, saqueada de enigmas, sin colores, sin lienzos, sin trazos, sin contrastes, sin matices, pero sí… sí estás conmigo. No sé por dónde pero llegaste, no sé desde cuando pero venías, Te amo, ahora lo sé con la contundencia de mis manos, que tienen la caricia exacta para ti, está lejana tu boca, está cercano tu nombre que me bebe los labios y me adivina los besos, tu boca es el verbo, tu nombre es el código, eres mi refugio, mi atemporal destino.
Sí, eres toda mi soledad pero no estoy solo, eres mi otra sonrisa, hembra de sales polares, retomo el futuro prometido, el nuestro, como el páramo que espera, la tierra húmeda, ahí donde bebo tus cabellos a bocanadas rítmicas, en voz baja y en susurros, donde hay un perfume, aquel lugar donde te hallo y me hallas, donde aspiro la esencia de un mar lejano, y me refugio sigiloso, hiperbólico en tu útero.
Vuelvo a decir Te amo con la fuerza de un cosmos que nos mira no eres un axioma, todo de ti es misterio, y yo amo los misterios, me atraes a tus ojos, me asomo a tus pupilas como un niño, me asombro, traigo las palabras de amor enroscadas en los labios, para decirlas como en un beso de arcilla sobre tu costado que sangra luz cuando te veo dormida, y me miras con esos ojos que no mienten, con esa mirada que quiero heredar a mis huesos, hay un Dios que asoma en la rendija del cielo, a ver si aún se escriben cartas de amor los amantes, si aún ven un milagro en cada cenit áureo… espía las luces de las ciudades, estrellas de neón, escaparates de lo efímero, no quiero que la noche nos desdeñe, ni que este invierno nos enseñe a llorar, tampoco quiero que el olvido y el conjuro se amen en esta distancia que acortamos con los dedos. Y nos separen, no, no quiero ni escribirlo, no volveré a pensarlo.
La luna necesita unas palabras, la navidad llegará puntual, casi todos los niños ríen, se convierten en ángeles de lo cotidiano, alguien saca una moneda, alguien regala dulces, alguien tira su sonrisa, alguien recoge sus ilusiones, otro las vende, otro más hipoteca sacrificios para regalar esperanza, alguien se moja las mejillas con sus lágrimas, la luna se esconde, ya no necesita unas palabras, ahora juguetea con las nubes, hay un olor a frutas que llega desde otros días, contrayendo la memoria. Piénsame si acaso estamos lejos,no dejes que estas palabras se borren de la hoja, del papiro virtual que las alumbra, huele mi amor, saborea mi caricia lejana, yo te llevo, me mojo dos veces en tus cartas, me mojo más de tres veces, y muchas más, pincelo tu beso, allá lejos, quizás ríe silenciosa tu lágrima, asumo su silencio y su sonrisa, como un eco de mis propios pensamientos, otra vez estás conmigo aunque me duela cada vez más acariciar tu ausencia. Esperemos, esta noche no es muy buena y parece vieja, pero quizás nos regale la causa que haga girar el destino a un ángulo exacto donde podamos coincidir. Es una certeza tu amor, de repente quise escribirte una carta, que te siga, que te susurre, que te haga compañía, que te platique algo de mí, cuando lejana, caminas por las calles de tu ciudad, de repente quise enviarte esta carta. Es una certeza, ¿Sabes? como este amor nuestro.