Original de
Francisco Álvarez Hidalgo
A quienes no tuvieron, y soñaron,
a cuantos alcanzaron, y perdieron,
a los apáticos que no apreciaron
la paz, el gozo, el bien que recibieron,
a los misántropos que sofocaron
las antorchas que se les encendieron,
a todos, al despierto y al dormido:
Volved al sueño que se os ha perdido.
No me dejéis crecer, quiero una vida de niñez permanente, con visiones que trasciendan al tiempo, a las razones, en una navidad indefinida.
Sea verdad el mito, nadie impida la realidad del sueño, que hay ladrones dispuestos a usurpar las ilusiones, dejando el alma estéril o vencida.
Quiero siempre escuchar las campanillas del trineo nocturno, las mejillas contra el frío cristal de la ventana.
Nunca Papá Noel falta a la cita; aunque nunca le he visto, su visita se evidencia al albor de la mañana.
Los Angeles, 8 de diciembre de 2003
|