Silbando
" Ella le pedía con honda tristeza: No silbes, Lisandro. ¿No ves que silbando me apenas? Si tienes un silbo, entre dientes, que en vez de tonada parece un llorare, ¡parece una queja! Con ese tu silbo, Lisandro, ¿te acuerdas? marchabas de niño a los cerros; y en sus soledades, con cabras y piedras, pasabas silbando, silbando, las horas enteras. Con ese tu silbo que me desespera, te vide, ya hombre, en busca 'e cariño llegar a mi puerta. Con ese tu silbo te vide alejarte dejándome sola y llena 'e vergüenza. Con ese tu silbo, te vide ayer tarde llegar por la güeya, trayendo a nuestro hijo cruzado en la cruz de tu bayo como una maleta... Y allí lo enterraste, silbando, silbando, juntito a la tumba de tu pobre vieja... No silbes, Lisandro, ¡Por Dios te lo pido! ¿No ves que al oirte silbando, silbando, el alma presiente desgracias muy negras? No silbes, Lisandro, que en vez de tonada, tus silbos, parece que fueran aullidos de perro que nos anunciaran una mala nueva ........ Y él, indiferente, silbando, silbando entre dientes, oia a la pobre como si lloviera. ........ Le mataron un hijo a Lisandro, en una pelea. (Hay quien dice que fue el Comisario, a causa de un'hembra). Y después de enterrar a su gëñi, juntito a su vieja, y afilar como luz un cuchillo, por saber si es verdad lo que cuentan, sin siquiera volcar una lágrima, sin siquiera volver la cabeza, al tranquito, montado en su bayo, del palenque, hacia el pueblo, silbando, silbando entre dientes, se aleja. Muy cerquita del rancho 'e Linsandro hay tres cruces, de dos que antes eran. La mujer que enfermó del disgusto para siempre descansa en la tierra; y en Bahía se encuentra Lisandro, pagando su hombrada metido entre rejas. Parece que en cuanto aquel dia silbando, silbando entre dientes, al pueblo llegara, y supo la cosa cual fuera, sin decir una sola palabra pilló al Comisario, cobróle su cuenta, asestándole en medio ¿'e la guata una puñalada por cada legua, que llevando el cadáver del hijo Lisandro anduviera... Y la gente baqueana calcula que del rancho 'e Lisandro hasta el pueblo, hay... dieciocho legüitas, apenas. "
MIGUEL A. CAMINO
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