Sentir que el mejor amigo del hombre es el perro no es porque uno esté en contra de la humanidad, sino porque percibimos la extraordinaria naturaleza de estos fieles compañeros que vemos más como familiares que como mascotas.
La razón es que los perros tienen una energía fuerte y hermosa que los ha hecho ser nuestros verdaderos guardianes desde siempre. Desde la antigüedad han tenido un papel imprescindible y determinante para la gente, tal como es posible apreciar en obras de arte como esculturas y pinturas.
Los perros han sido y son protectores de los templos de sabiduría de esta dimensión y otras, gracias a su fuerza, lealtad, energía y su conexión con los hombres.
Ellos saben lo que uno quiere, tienen la facilidad de escuchar nuestros sentimientos, que se ligan a nuestros pensamientos, y se sienten complacidos de ser nuestros amigos incondicionales.
Es tanta la compenetración que provocan, que pueden ser capaces de entrar en nuestros campos energéticos y detectar cualquier cosa que nos pueda estar haciendo daño.
Además, ayudan a nivelar nuestra energía, ya que perciben con el olfato los diferentes niveles y sienten cuando hay desequilibrio o algo que necesite reajustarse. Entonces lo que hacen es lamernos, olernos o estar cerca de nosotros, porque así usan un puente para ayudarnos a superar cualquier problema astral o físico, aun si esto implicara sacrificar su propia vida y energía.
Podríamos pensar que muchos animalitos logran también reunir todas estas cualidades, pero es importante destacar que los perros son quienes se adaptan de un forma más perfecta al modo de vida de los humanos, tanto en nivel físico como energético y astral.