No pidas que deje de mirar esos mis ojos porque sin sentir tu mirada estoy perdida, no pidas que deje de besar esos mis labios, porque ellos me hacen sonreír y vivir en libertad.
No me pidas que deje de mirar dentro de tu alma ya que sin tu mirada queda mi alma en soledad, no pidas que deje de vivir a través de tu desnuda piel, porque tu eres la savia del árbol que respiro sin piedad.
No pidas que deje de pensar en ti, si eres luz de mis mañanas, El dejar de pensar en ti me convertiría en brújula extraviada, no me pidas que deje de respirar el aliento de tu fresca boca porque no aspirar tu oxigeno es sentir ahogo en mis entrañas
No me pidas que deje de acariciar esas tus bellas manos, sin ellas mi playa se desierta, se seca el río de mi existencia, pero sobre todo, nunca me pidas que deje de amarte, amor, ya que eso es imposible, porque eres y serás por siempre el alimento de mi corazón, la sabia que cura todo mi dolor.