Hubo una vez en la historia del mundo un día terrible en el que ODIO, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a todos sus súbditos a una reunión urgente.
Vinieron de todas partes del mundo y los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta reunión, con curiosidad por saber cuál era el propósito.
Cuando estuvieron todos reunidos, ODIO se puso de pie y dijo: Los he reunido a todos porque deseo con todo mi corazón matar alguien. Los asistentes no se extrañaron mucho pues era ODIO quien les estaba hablando y él siempre quería matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre sí quien era tan difícil de matar para que ODIO, los necesitara a todos. Quiero voluntarios que maten al odioso AMOR, dijo. Muchos sonrieron, ya que casi todos querían hacerlo de una u otra forma.
El primer voluntario fue “Mal Carácter”. Yo iré y les aseguro que en un mes, AMOR habrá muerto. Provocaré tal discordia e ira que no lo soportará, les dijo a todos.
Al cabo de un mes se reunieron otra vez para escuchar lo sucedido, pero “Mal Carácter” tenía malas noticias. Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, AMOR la superaba y salía adelante, les dijo.
Fue entonces cuando, se ofreció “Ambición” que haciendo alarde de su poder dijo: En vista de que “Mal Carácter” fracasó, iré yo. Desviaré la atención de AMOR hacia el deseo por la riqueza y el poder, y no podrá vencer la tentación. No fallaré.
“Ambición” inició el ataque hacia su víctima, quien efectivamente cayó herida, pero después de luchar ferozmente, renunció a todo deseo de poder y triunfó.
ODIO se enfureció por el fracaso de “Mal Carácter” y “Ambición” y decidió enviar a “Celos”, quien burlón y perverso inventaba toda clase de artimañas y situaciones para despistar y llenar de dudas y sospechas infundadas a su adversario AMOR. Pero este no tenía ninguna intención de morir, y con valentía y fortaleza lo venció.
Año tras año, ODIO siguió en su lucha y envió a sus más hirientes compañeros: “Frialdad”, “Egoísmo”, “Indiferencia”, “Pobreza” y a muchos otros, pero todos fracasaron, porque cuando AMOR se sentía desfallecer, tomaba de nuevo fuerzas y todo lo superaba.
ODIO, convencido de que AMOR era invencible les dijo a los demás: Nada se puede hacer, hemos perdido la batalla. AMOR lo ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo hemos logrado.
De pronto, de un rincón del salón se levantó un sentimiento poco conocido, su rostro era poco visible, por lo que nadie lo reconoció. Con voz muy firme y con mucha autoridad, dijo: “Yo me encargaré de AMOR”
Confundido, pero con mucha alegría, ODIO dijo: Ve y hazlo.
Tan sólo habían pasado unos días cuando ODIO volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles que después de mucho esperar por fin: AMOR había muerto.
El sentimiento poco conocido se puso de pie, se dirigió a los presentes y les dijo:
Ahí les entrego el cuerpo sin vida de AMOR. Está muerto como deseaban todos ustedes, y sin decir nada más se marchó.
Espera dijo ODIO: ¿Cómo has podido vencerle en tan poco tiempo? ¿Acaso no hizo el menor esfuerzo para sobrevivir? ¿Quién eres tú?
El sentimiento mostró por primera vez su horrible rostro y dijo: “Soy LA RUTINA”
La rutina es el peor enemigo del amor humano, pero déjame decirte que hay un AMOR, que ni el tiempo, ni la distancia, ni siquiera un sentimiento de maldad puede matar, porque ese amor es incondicional y eterno, no tiene principio ni fin, ese amor es el AMOR DE DIOS. Juan 3:16