¿Cómo explicar lo que siento en cada beso? Es la suma del olor púrpura del jazmín y el matiz espeso del cerezo; es la luz de un espejo que refleja tu rostro cuando te peinas el cabello.
No es pasión lo que hace que te diga lo que pienso. Te juro que cada uno de ellos es como el primero. El viento del oeste me somete y Cupido hace el resto, tormenta y calma hallo, de uno al otro encuentro.
El color de tus labios me tiene preso; unas veces rojos, como claveles tiernos; otras del color del cielo, y en cada aliento, se vuelven del color del oro, mirra e incienso.
Cómo decirte, sin ruborizarme, que los adoro, que no existe mejor néctar que el de tus labios y que el tiempo se hace eterno cuando no los beso, porque no veo cuando el sol y la luna juegan con ellos.