Madre, llévame a la cama. Madre, llévame a la cama, que no me tengo de pie. Ven, hijo, Dios te bendiga y no te dejes caer.
No te vayas de mi lado, cántame el cantar aquél. Me lo cantaba mi madre; de mocita lo olvidé, cuando te apreté a mis pechos contigo lo recordé.
¿Qué dice el cantar, mi madre, qué dice el cantar aquél? No dice, hijo mío, reza, reza palabras de miel; reza palabras de ensueño que nada dicen sin él.
¿Estás aquí, madre mía? porque no te logro ver... Estoy aquí, con tu sueño; duerme, hijo mío, con fe.
(Miguel de Unamuno)
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