Estoy donde se funden los odios y el suspenso: donde con pasos lentos camina la verdad, la lengua del silencio se calla cuando pienso que amargan los cinismos mis betas de bondad.
Te busco en la pendiente del sol de mis motivos, allí donde las noches se visten con ausencias, donde los versos raros no tienen sustantivos y los largos insomnios perdieron sus querencias.
Aquí en el punto muerto de mi mañana incierta, contemplo la caricia del sol en mi ventana y dejo que la brisa penetre por la puerta cansando los minutos del recuerdo que emana.
Descubro la nostalgia de los días divinos y un halo de tristeza que no tiene quimera, se posa en la penumbra de un tiempo sin destinos, donde solo las sombras seducen a mi espera.