Como aquí también se muestran textos propios, inserto uno cuyo tema fue solicitado por el profesor de un taller de poesía. La autora tiene un par de libros de poemas publicados y es una lectora ávida y conocedora.
Poesía
transcripción inexacta del reflejo.
UNO
Detesto esta tarea
a nadie le importarán mis poemas
y a mi poco me importa que no los entiendan.
El oficio de ser poeta es tan cómodo
basta pararse en las esquinas
contar las rayas demarcadas del paso de cebra
y pasar cuidadosamente por las rayas imaginarias
evitando el roce de costados.
DOS
Mis poemuchos son
obligación del nervio, que asistido de bullas
a veces siembra en el silencio.
Es más una sanción a la voz
que el gusto cursi de mantener grave
al corazón.
Son un rito de escritorio, laptop y espionaje,
simple manía
que de vez en cuando alcanza objetos inútiles.
No son mis hijos
ni se parecen a mi perro que me habla.
TRES
No amaré nunca lo que escribo
no puedo amar a la ceniza
ni a los restos de mis muertos.
Mis poemas
no son poesía
son cartas destinadas
a la idea de Fernando Pessoa,
son constante resistencia,
alarma ante la desaparición,
son míos pero
no amaré nunca a mi rastro,
el amor es analfabeto y poco pretencioso
esa es otra manía
de gavetas que suspende juicios críticos
que desinstala ingenio.
Yo escribo sólo poemuchos.
Ariela Córdova Herrera