Anoche se me ha perdido en la arena de la playa un recuerdo dorado, viejo y menudo como un granito de arena. ¡Paciencia! La noche es corta. Iré a buscarlo mañana... Pero tengo miedo de esos remolinos nocherniegos que se llevan en su grupa —¡Dios sabe adónde!— la arena menudita de la playa.