Deséame
cuando veas el horizonte demasiado negro
cuando el cauce de tu río se halle seco
porque la vida nos deparará lo bueno.
Deséame
cuando seas presa del desaliento
derrotarás ese enemigo que llevas dentro
y ahuyentaré los fantasmas de tus miedos.
Deséame
cuando estés con el agua que te llega al cuello
cuando quieras escapar un rato del infierno
o en el desierto de la rutina necesites fresco.
Deséame
cuando el calor de tu cuerpo esté en cero
o cuando necesites apagar tu fuego
y quieras que te rodee en un abrazo tierno.
Deséame
cuando estés encerrada dentro de tu cerco
cuando no puedas dormir ni te venza el sueño
cuando no aguantes más el eterno desvelo.
Deséame
y me sentiré cerca tuyo aunque estemos lejos
y enjuagaré tus mejillas con mis besos
y con bellas melodías seré tu concierto.
Aún cuando se hayan cumplido todos tus deseos
Deséame... Porque yo también te deseo a tí.
(De la red)