Podría ser más variada aún la personalidad, pues lo acostumbrado es mostrar la cara o el aspecto que se supone es lo que la gente que frecuentamos considera correcto, mientras otra persona está bajo la máscara conveniente. Pero no se trata de que aquella cara oculta avergüence, sino muy por el contrario: es la máscara la que podría producir menoscabo.
Por lo tanto, felices quienes pueden interactuar con sus propias caras.
Si se trata de respetar a todos los interlocutores sin ofender a ninguno exhibiendo nuestro propio criterio diferente, tenemos que ponernos la máscara, aunque sea por cortesía.
Entonces, una se pregunta, ¿merecen todos nuestro respeto? ¿Podemos respetar lo que nos parece una aberración, sólo porque está pensado y realizado con "buena intención?
Lo siento, ná que ver, es solo una volada.