Esto me hace recordar el ensayo de Erasmo de Rotterdam:" Elogio de la locura" (o de la estulticia, como figura en latín) desde mis tiempos del colegio.
Copio parte de un comentario de la obra:
"En la obra se hace una relación puntual de las "ventajas" de la Locura sobre la Razón; señala cuán felices son los hombres cuando viven arropados por la necedad, situación de la que no escapan ni siquiera los Gramáticos, los Filósofos, los Teólogos, los Papas, los Obispos Germánicos, los Reyes ni los Príncipes. La locura se presenta ante un auditorio donde desarrolla un elogio de sí misma, logrando que su sola presencia desarrugue entrecejos y produzca cálidas sonrisas. Enumera una por una sus cualidades, vanagloriándose de que sus muchos beneficios se reparten entre todo tipo de personas: desde el vulgo que se contenta con pláticas de viejas, hasta los reyes y eclesiásticos que se embriagan con toda clase de diversiones."
En suma: la locura, el desvarío, la necedad, como quiera llamársele, reniega de la razón, no acepta la realidad y se evade en busca de visiones placenteras, en compañía de otros locos en la misma onda.