Que lugar tan agradable, voy a venir más veces a visitarlo!"
Poco tiempo después, en otro día de calor, otro perrito se metió por el mismo agujero de la misma puerta, de la misma casa abandonada.
Subió por las mismas viejas escaleras hasta la misma puerta entreabierta y fue a dar al mismo cuarto.
Y por supuesto, también vio sorprendido a los mismos mil perritos.
Pero a diferencia de nuestro primer perrito, este se sintió amenazado porque pensó que le estaban mirando de forma agresiva, entonces empezó a guñir... y claro, vio como los otros mil perritos le ladraron enfadados a él.
A sí que se fue por el mismo sitio que había venido, eso si muy disgustado y algo entristecido. Por eso mientras salía pensaba:¡"Que lugar tan horrible, nunca más volveré a venir!"
Lo que ni este perrito, ni el otro sabían, era que colgado de la puerta por la que había entrado ponía:
"LA CASA DE LOS MIL ESPEJOS"
(Parábolas de nuestro tiempo)