Esas que me escribías desde cualquier lugar, me parecían casi celestiales, debe haber sido por la influencia de mi locura por las novelitas de Corin Tellado en mi juventud ... al parecer la lectura de ellas y otras de amores imposibles como cumbres borrascosas, me penaron por siempre. Aunque reconozco que el abandono que hizo mi madre de nosotros fue marcador; Y, quizás por eso, nunca me sentí capaz de buscar un cambio radical luego de mis altibajos matrimoniales. 
Jamás hubiera empezado de nuevo. Y así la cobardía tiene como precio llegar a estar sola hoy. Pero a la vez tranquila. Y contenta a veces en mi egoísmo. Tú sentiste también alguna vez el miedo a equivocarte ?  yo, a cada rato; evité lanzarme al agua.  Creí tener el tiempo en mis manos, hasta que llegué a este tramo, donde el tiempo final viene sin tregua, inexorable. 

Que increíble  resulta que el recuerdo de la emoción, esa que hacía temblar mi corazón, al recibo de las tan esperadas cartas de correo de otro tiempo, me hallan hecho revivir tanta situación penosa de mi historia...
        Disculpa , me puse densa, debe ser la lluvia que me hace ver sólo brumas desde mi ventana. Mañana, la luminosidad de la primavera volverá estoy segura, y cambiará todo. Será como un reinicio promisorio.  

 Lo sé.