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General: CUENTO: ANSIADA MATERNIDAD
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De: ANNY 42 (Mensaje original) |
Enviado: 16/11/2015 11:08 |
Comenzaba la década de los 80 y se escuchaba el rumor de la unión de dos grandes familias de la sociedad chilena de la época.
En 1983 se anunció el matrimonio Lyon Subercaseaux - Aldunate Echeverría, chicos que tenían un gran porvenir, excelente educación, ambos hijos únicos, herederos de grandes fortunas, nada auguraba algún contratiempo, todo era felicidad.
El matrimonio se llevó a efecto en el Palacio Cousiño, jamás se había visto tanto glamour, de allí derecho al aeropuerto con rumbo a Europa.
Después de tres meses de inmensa dicha, Francisco Javier y María Alejandra regresaron al país a esa "su casa" la que vería el nacimiento de una gran familia, por ser ellos hijos únicos planeaban tener muchos hijos. Las invitaciones iban y venían, pasaron rápido los meses, los años se sumaron y los hijos no venían.
Los consuegros comenzaron a impacientarse . . . |
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Los esposos decidieron investigar a fondo el motivo de su poco éxito en lograr el embarazo. Se dirigieron a una excelente clínica y comenzaron los exámenes. Nada anormal presentaba la fisiología de la mujer, pero durante las pruebas físicas del varón se encontró la posible causa: varicocele, o sea, venas dilatadas en el escroto que causan aumento de la temperatura, lo que destruye los espermatozoides. Descubierto el motivo de la infertilidad, se procedió a realizar la cirugía correspondiente. Entonces, ambos se sintieron bastante aliviados. Descubierta y anulada la causa, y esperado un tiempo prudente, nada podía impedir ahora la materialización de su anhelo de ser padres.
Al fin, se produjeron los primeros síntomas del embarazo, lo que se comunicó a toda la familia. Hubo una gran celebración del venturoso acontecimiento y todos les felicitaron.
Pero ella comenzó a sentir demasiadas molestias, aunque ya le habían advertido de las posibles desagradables consecuencias en una primeriza. Ante los exámenes superficiales, todo iba normal, pero ella se negó terminantemente a que le aplicaran scaner, aun cuando se consideraba indispensable para el seguimiento de la gestación.
Pero una noche, ya en el cuarto mes, tuvo dolores intensos que terminaron en hemorragia. Al ser examinada, se descubrió un embarazo ectópico. El marido, desolado, se sentía culpable por no haber insistido lo suficiente en los exámenes omitidos. Fue llevada al pabellón de inmediato.
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De: vilma1 |
Enviado: 17/11/2015 02:02 |
Camino al pabellón María Alejandra lloraba, recordaba tantos momentos felices que tuvieron con su marido al enterarse de su embarazo, las hermosas ropas que compraban para su hijo, cuantos juguetes almacenados esperando dentro del closet.
Pasaron por el pasillo y un ventanal lleno de luz y sol dio en sus ojos, volvió a la realidad y recordó lo trágico del momento, a su lado su madre y su esposo le daban ánimo recordandole las optimistas palabras de su querido doctor, y quizá aferrarse a eso, no podía perder a su hijo, lucharía y confiaba que todo sería sólo un gran susto. Amaba demasiado y ansiaba ser madre por sobre todas las cosas.
Entraban ya, besos recibió por ambos lados, sus latidos acelerados acaloraban su rostro lloroso, su respiración entrecortada, sabía que debía tranquilizarse. Llegó el anestesista le hablo con cariño y en pocos minutos se durmió.
Despertó en una habitación muy acogedora y amplia, mucha luz y muchas flores, una Virgen en una esquina, revisaba mientras iba despertando, el televisor colgaba, y de un salón contiguo escuchaba las voces de sus padres y suegros, ellos reían, miró buscando a su amado y ahí estaba él mirándola sonriendo con unos ojos rebosantes de amor y alegría.
Todo salió bien mi amor...le dijo, el niño está bien y tú, mejor, deberás tener paciencia y estar en reposo estos meses que quedan para su nacimiento. ....
Ella gritó de alegría, no lo dejó continuar, sentía una dicha que no conocía, quería saltar, correr, abrazar a todo el mundo, era feliz, inmensamente feliz. |
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Pasaron los meses y ya a punto de cumplir los 7 meses nuevamente problemas que pensó se pasarian. Ella pensó lo peor porque en este tiempo había leido mucho sobre embarazos , el crecimiento y desarriollo de su hijo mes a mes. A la semana debieron llamar al medico ginecologo quien los citó de urgencia a la clinica para hacerle muchos examenes entre esos le sacaron liquido amniotico y descubrieron que los pulmones del niño habian detenido su maduracion. Tenian serios problemas y debian hacer una cesarea de urgencia. Se preparó el pabellón con todo, llamaron a los futuros abuelos y ambas familias esperaban ansiosas el gran acontecimiento. Al marido no le permitiron la entrada al pabellón ya que el equipo médico sabía que se encontrarian con serios problemas. Una vez anestesiada hacen la cesaria y el niño estaba sin vida ya que según el neonatólogo los padres reaccionaron tarde al acudir al médico. Luego María Alejandra empezó con una tremenda hemorrágia que obligó al equipo médico a sacarle el utero para evitar su fallecimiento. |
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Transfusiones de sangre, hasta que el doctor Quezada, el cirujano terminó la histerectomía, mientras el anestesiólogo, mantenía la mano de María Alejandra cogida en la suya, por un lado para reconfortarla, aún sabiendo que estaba inconsciente, y por otro lado, para registrar si seguía en buenas condiciones a pesar de lo precario de la situación. Al cirujano le corría la transpiración, que una auxiliar intentaba contener. Su responsabilidad era grande: había autorizado la continuación de un embarazo ectópico, sabiendo que era un peligro mortal, pero provenía de la Universidad Católica, que recomienda preservar la nueva vida a pesar de los peligros para la sobrevivencia de la madre. Ahora no estaba seguro de haber procedido bien. Por el contrario, se sentía casi un asesino. Recordó las palabras de duda de Francisco Javier y deseó, con toda el alma, que su paciente sobreviviera al tremendo error. Extraído ya todo el aparato reproductor, las heridas suturadas, los signos vitales de la fallida madre estables, aunque débiles, lo trajo de nuevo a la calma, Sonrió con cierta complacencia, mientras Carlos Robledo, el anestesiólogo, no podía evitar una mirada acusadora, que el cirujano sintió que lo clavaba como a un insecto.
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El Doctor Quezada tomó aire para darse fuerzas para ir a hablar con Francisco Javier para explicarle la situación a él solo sin la presencia de los padres de ambos. Debía darle tranquilidad y explicarle lo más claramente posible la nueva situación de María Alejandra y el duelo que ambos debían vivir y una vez procesado todo ver qué hacer. |
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El médico se acercó al alicaído joven que esperaba horas fuera del quirófano y que lo miraba angustiado. Le miró y dijo suavemente " calma amigo " ella esta bién... salió todo perfecto dentro de la gravedad de la intervención ...
Ahora debes ser fuerte porque ella le necesita mucho mas que antes ...su esposa María Alejandra seguirá a tu lado y se recuparará totalmente y deben estar muy unidos para afrontar el futuro.
Francisco Javier miró con sus ojos azules brillantesen lágrimas y solo dijo:
Por favor Doctor quiero verla !
El doctor Quezada dijo :
Lo hará ,calmese pues ella está aún bajo los efectos de la anestesia y tiene que esperar a que despiert... ya la trasladan a su habitación.
Ahora sígame por favor que debemos hablar y le guió por un pasillo impoluto hasta su blanca consulta.
El médico sentía sus piernas pesadas como cada vez que tenía que afrontar una situación dolorosa.
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Al enfrentar al cirujano, el rostro de Francisco Javier, estaba crispado por la angustia.
- Por favor, mantenga la calma, hicimos todo lo posible para llevar a buen término la gestación, pero algo falló y los imponderables son exactamente eso: imponderables.
- ¿Usted quiere decir…?
- Así es, señor Lyon, el organismo de su hijo no terminó de desarrollarse como era de esperar, y no resistió.
- Entonces, está muerto…
- Lo lamento infinitamente, pero es así.
El rostro del joven estaba pálido en extremo, en un momento, temió perder el equilibrio. Se repuso.
- Me dice que María Alejandra está bien y eso significaría que podemos tener la esperanza que el próximo hijo nazca normalmente, ¿verdad?
El doctor, aspiró profundamente antes de responder.
- Eso ya no será posible. Tuvimos que hacer una histerectomía de urgencia para salvarla.
- Quiere decir ¿sacarle el útero? Noooo
- Fue absolutamente indispensable. Era un embarazo ectópico, se lo informamos a ambos en su oportunidad. Ustedes decidieron continuar hasta el final.
- ¡No puede ser! ¡Ustedes no nos advirtieron que era tan grave!
- ¡Cómo que no! Un embarazo ectópico significa fuera del útero y no puede llevarse a término. Ustedes insistieron en seguir con esto a pesar de advertirles de su inutilidad y del peligro que enfrentaban.
- ¡Más encima pretende usted hacernos responsables de esta situación! ¡Lo demandaré!
- Atribuyo su agitación a lo dramático del momento. Pero no puedo imaginar siquiera que un ingeniero civil y una futura arquitecta no sepan lo que significa el diagnóstico que les dimos en su oportunidad.
- ¡Usted no lo explicó claramente! ¡No sabíamos que fuera tan grave!
- Imposible, en especial cuando les advertí que en nuestra clínica respetamos las creencias de los pacientes que acuden a nosotros. Tampoco hacemos transfusiones a los Testigos de Jehová, cuando éstos se oponen, aún sabiendo que sus vidas peligran…
- ¡No! No acepto su interpretación. ¡Haré una demanda contra usted y su clínica de asesinos!
- Aguántese un poquito. Piense en su hermana Josefina, la diputada que encabeza el movimiento Pro Vida. ¿Olvida que hace un par de meses tuve que provocar su aborto para ocultar una inoportuna infidelidad con resultados no deseados?
-¡Usted es un canalla! ¿Cómo se atreve?
- Por favor, conténgase, ¿Acaso estoy mencionando algo falso? Medite un poco en lo que está diciendo y veamos cómo afrontar la situación como personas civilizadas.
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De: ANNY 42 |
Enviado: 19/11/2015 19:36 |
De pronto ambos quedaron en silencio, casi al unísono dijeron María Alejandra!
Ellos envueltos en una discusión habián olvidado a la principal involucrada en esta desgracia. Ahora había que afrontar como decirle a ella que jamás podría embarazarse, Francisco Javier reaccionó y dijo, como se los diremos, se lo dirá usted doctor?
El Dr Quezada dijo, creo que lo más conveniente será que al darle esta noticia usted Sr Lyon esté presente , necesitará que ud la contenga, ahora debemos pensar solo en ella, después seguiremos con nuestras diferencias.
El doctor llamo por interno y preguntó por el estado de la paciente y pidió le avisaran cuando despertara de la anestesia. Aconsejó a Francisco Javier hablar con sus padres y suegros para enterarlos de la situación, Maria Alejandra necesitaría el apoyo de todos sus más cercanos . . .
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Mientras tanto María Alejandra en estado de sopor se imaginaba a su guagua y todos los planes que tenian para él. Pensó también que al ser el primer nieto por ambos lados de las familias, iba a ser muy querido y regaloneado como seguramente serían a futuro los 6 niños que habían planeado tener, uno por año para criarlos muy unidos. El primero sería Francisco igual al padre, luego vendría Alejandrita como ella ..... ya los veia jugando en el parque de su casa que tendría juegos diversos, casa de muñeca, casa club para los niños y un pozo de arena que estaban tan de moda. Tambíen se habían prometido que les tendrían una mascota de tamaño pequeño para que pudiera vivir también dentro de la casa con los niños. |
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De pronto entró una enfermera, quien se acercó a registrar sus signos vitales. Era una mujer de mediana edad, que observó con cierta inquietud el rostro pálido y anguloso de la paciente. Ésta, al sentirse observada, sintió correr sus lágrimas y preguntó con voz entrecortada:
-¿Dónde está el niño?
- Ya le informarán, señora, yo sólo controlo su post cirugía.
- Pero, ¿cómo es posible que no sepa..? Y las lágrimas siguieron brotando.
La enfermera se inclinó sobre ella y colocó las manos suavemente en sus hombros, para impedir que se incorporara.
- Quédese tranquila. Su reacción es normal después de una intervención de urgencia y veo que tiene sólo una leve anemia producto de la hemorragia que sufrió.
María Alejandra se agitó con violencia, casi gritando, insistiendo en ver a su hijo. Le enfermera le habló con mayor seriedad:
- No olvide nunca que las mujeres estamos sometidas a cambios hormonales que alteran nuestras sensaciones y sentimientos. Debe sobreponerse a eso. No puede permitir que un estado anímico casi involuntario y hasta podría decir automático, influya en su racionalidad.
María Alejandra pareció despertar y expresó con amargura.
- Entonces, eso quiere decir que algo le pasó a mi hijo.
- Siento mucho no estar en condiciones de informarle. Ah, aquí vienen a verla. En ese momento, entraba Francisco Javier.
Él se acercó rápidamente a la cama, inclinándose para abrazarla y besar su cara mojada. Ella respondió débilmente a sus caricias, pero su cara reflejó el alivio que sentía en ese instante. La enfermera salió silenciosamente de la habitación.
- Ahora, díme, ¿qué pasó con el niño?
- Mi amor, tú te diste cuenta de las dificultades, no pudo ser. Lo siento infinitamente, más que por mí, por ti, p.or supuesto.
Ella suspíró largamente.
- Entonces, no nos queda sino esperar la próxima oportunidad.
- No te lo dije todo: no habrá otra oportunidad. Su cara expresaba infinita pena.
-¡No puede ser! ¿Por qué dices semejante cosa?
- Tesoro mío, tuvieron que extraerte el útero y trompas de Falopio- Y no quiso referirse al tema del embarazo ectópico, dándose cuenta de la culpa compartida por su ignorancia, quizás indiferencia ante la realidad.
¡Nooooooo!
Al tratar de abrazarla otra vez, María Alejandra, lo apartó, quedándose pensativa.
- Ahora tendré que contárselo a la familia.
- ¡No harás eso! Al menos, no todo.
- ¿Qué estás diciendo?
- Puedes decirles que el niño no sobrevivió. Sólo eso. Y les dirás que la operación fue sólo una cesárea- Su voz había cambiado en forma notoria.
- Y, antes que entre mi mamá, díle al doctor Quezada que venga a verme. Hazme caso ahora. Después conversaremos más- Se dejó caer sobre la almohada, agotada, cerrando los ojos.
Muy sorprendido, el marido salió a cumplir el encargo.
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Francisco Javier fue a la sala de descanso donde se encontraba el doctor Quezada y le explicó la conversación que había tenido con María Alejandra. Mientras tantos ella pensaba las palabras exactas que le diría al doctor para converserlo de guardar el secreto de la operación a ambas familias debido a que tenian toda la ilusión de tener varios nietos de sus unicos hijos. El matrimonio tenia mucho que hablar con el correr de los dias, hoy lo importante era que el doctor les guardara el secreto. |
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De: paty |
Enviado: 22/11/2015 23:07 |
Un secreto que tenía los días contados. Tarde o temprano los padres de ambos tendrían que enterarse.
Los esposos ya en casa hablaron sobre este delicado tema . Mientras ella se recuperara de la intervención, no habría problema.....pero después.... ¿Qué hacer ? ¿Seguir alimentando vanas esperanzas en los frustrados abuelos?....¿Hablar con la verdad?.
Estaba la posibilidad de la adopción, algo que jamás se habían planteado. Tendrían que empezar por cuestionarse ellos mismos si es que estaban dispuestos a hacerlo.
Les acosarían miles de preguntas y dudas. ¿Serían capaces de hacerlo ? ¿Serían capaces las familias de ambos de aceptar a un niño que no fuera de su sangre ? |
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María Alejandra había adelgazado en las últimas semanas. Regresó a sus clases en la facultad, informando brevemente a sus compañeros que esperaría al menos unos dos años antes de quedar embarazada otra vez. Necesitaba terminar la carrera en primer lugar. Una idea le daba vueltas en la cabeza y a veces, le distraía de sus estudios. Su familia había aprobado su decisión. Ya le habían advertido que interrumpir sus estudios casi al final, no era buena idea.
Decidió tratar el tema de su maternidad frustrada con Francisco. Pactaron una cita especial en un bar algo retirado.
A las 9 de la noche en punto debían juntarse. Ella llegó primero, eligió la mesa y pidió su favorito: clavo oxidado, nombre horrible para una deliciosa combinación de buen whisky, drambuie, unos clavos de olor, con una guinda de remate. Se reclinó en el asiento con deleite. No había músicos presentes ese día, pero se escuchaba una pieza de jazz en sordina, sin invadir las conversaciones, sólo dando al ambiente de luces bajas, una sensación de ensueño voluptuoso. Hace unos días, había notado que su amor por Francisco había cambiado un tanto, se había afianzado la amistad, pero el enamoramiento inicial se diluía junto con la esperanza de ser madre. Por otra parte, ella sentía que su posición en la pareja había perdido importancia, ya que su fracaso podía llevarlos a la ruptura. Se habían casado enamorados, muy cierto, pero a la vez, habían formado una sociedad uniendo a dos importantes familias.
Si carecían de herederos por su causa, no podía pretender que la otra parte se frustrara también.
El plan que le tenía preparado le permitía convertirse en padre y el o los descendientes de su empresa personal representarían fielmente a ambas familias. Sólo tenía que armar con cuidado todas las piezas del puzzle y confiar en el éxito.
Justo cuando terminaba su cóctel, apareció Francisco, también más delgado, pero elegante y atractivo como siempre. Miró hacia todos lados con ansiedad. Al encontrarla al fondo de la sala, sonrió ampliamente, y caminó rápido hacia ella.
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Francisco Javier venía a este encuentro con una idea fija en la cabeza que debía plantearle muy claramente a María Alejandra. Había estado en conversaciones con una fundación en estados unidos que le aseguraba la posibilidad de adopción. Entonces primero debía ver si ella estaba dispuesta a irse por dos años a estados unidos, a los meses adoptar a un niño sin contarle a su familia. También le habían avisado que una jovencita entregaría en adopción a unos mellizos hombre y mujer y eso le tenía muy entusiasmado. Estabaría todo en la decisión de María Alejandra. |
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