Nuestro crítico interior - "PORTAL CHILENO"

Un hombre no puede estar cómodo sin su propia aprobación”

-Mark Twain-

La mayoría de personas tenemos que lidiar con un crítico interior reflejado en pensamientos persistentes que nos dicen que no somos suficientemente buenos o que ponen en duda nuestras metas. Incluso, esos pensamientos intentan destruir, minar o poner en entredicho nuestros logros.

Por una parte está uno mismo, que se levanta cada mañana con un objetivos y dueño de sí mismo, y por otra parte está ese crítico interior “anti-yo”, a veces autodestructivo, que se manifiesta en forma de pensamientos negativos.

Esta voz interna con la que nos criticamos a nosotros mismos está formada por experiencias de la vida dolorosas, ocurridas en la infancia y en la adolescencia, en las que se han sufrido situaciones hirientes o se han presenciado en otros.

Nuestro crítico interno nos sabotea

A medida que crecemos adoptamos de forma inconsciente esos patrones y los convertimos en pensamientos negativos y destructivos hacia nosotros y también hacia los demás.

Cuando no somos capaces de identificar y separar ese crítico interno, estamos permitiendo que afecte a nuestro comportamiento y que, de alguna forma, dirija nuestra vida, sabotee nuestras relaciones, acciones y objetivos e impide que vivamos la vida que queremos vivir.

Twain, tiene mucha razón, sentirme cómoda con mis acciones es lo mejor de la vida. Hay cosas que simplemente no hago porque mis enanos positivos me dicen NO.

Es bueno que toques este tema, hay tanto que no hacemos sólo por inercia, por falta de ganas. Debemos tener cuidado con eso. Comunicarnos, aclarar un poco la nebulosa de los temas que hasta hoy fueron tabú, entender que la muerte y la vida son temas naturales y dignos de tocar y que hay un momento para todo.

Gracias por tu aporte.

Tuve un amigo quien, como todos, conversaba con su yo íntimo, su "yoíto", con quien discutía los pro y los contra en diversas situaciones. Aquella, a veces molesta voz interna, suele criticar algo que hicimos mal, algo que dijimos sin cuidarnos la espalda, algo que no correspondía ante los interlocutores que tuvimos, y entonces, lo rectificamos, repensándolo y recreamos la escena. Existe una expresión francesa - que no recuerdo en este momento - y que se refiere a algo así como "la reflexión de la escalera" aquello que rumiamos mientras subimos la escala de la casa hacia el dormitorio, después de una reunión donde no dijimos exactamente lo que queríamos decir, o metimos la pata rotundamente. Y mientras subimos, vamos reconstruyendo mentalmente lo que hubiéramos debido decir.

Los que son tan antiguos como yo - supongo que por aquí no los hay - conocieron un comic de aquellos años vetustos, cuando existía una caricatura argentina que se llamaba: "El otro yo del doctor Merengue". Era un tipo que actuaba cortéstamente en todas las circunstancias del diario vivir, pero del cual emergía, violento y espontáneo, el yo verdadero, procaz y pendenciero, que opinaba su real punto de vista, censurado en aras de la armonía.

En mi vida diaria me pasa mucho que soy mal interpretada y sentir que actué mal me echa a perder por completo el día. El otro pecadillo es mi ironía, que para mí es sentido del humor, pero que a mi familia le carga.Soy feliz con mis bromitas que casi siempre tienen que ver conmigo misma, pero a los demás no les parece tan divertido. Mi sentido del humor no vende. Y sí leí mucho las revistas rico tipo y pobre diablo, cuando era muy chica y a todas partes donde íbamos con mi hermana, yo me ponía a leer. Creo que ahí aprendí el sarcasmo, precisamente con El otro yo del doctor merengue" jajajaj, él era un dechado de buenas maneras, pero su otro yo, casi explotaba por querer salir a la luz ! muy buen personaje. En esos años los cabros chicos no teníamos ninguna llegada, pero yo lo pasaba re bien si tenía una revista o libro a la mano.