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General: Un recuerdo con Laura y Galvarino
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De: diana72 (Mensaje original) |
Enviado: 10/12/2015 18:38 |
Así fue como un día cualquiera hurgando en las redes, me encuentro ni más ni menos con El café Mozart ... el mismo que creí perdido tras los avatares de cambio que hubo tiempo atrás con todos los grupos de la red ... Hace varios años ya lo abandoné, como se abandonan las cosas queridas, con ese descontento que tiene mucho que ver con esa secreta ansia de buscar siempre más de las cosas, esperando siempre más ... hasta al fin reconocer que el desasosiego insatisfecho seguirá siendo siempre el mismo hasta el día final
El tiempo embelleció todo en el recuerdo : el café en sí con su iluminación en semipenumbra, los muebles antiguos, oscuros, el pesado cortinaje, el viejo piano con su virtuoso pianista, hombre reconcentrado, de gesto amable, atento a los requerimientos de los parroquianos, y los habitues de siempre, fridolin, conquistador empedernido, preso en los encantos de la mayoría de las damiselas que frecuentaban el lugar ... léase jorgelina, grace, genoveva etc. Entrar al local era sentir cómo el tiempo se detenía, era sentir el bienestar del relajo mismo, con la compañía agradable, el trago infaltable, la música desgranándose entre los ágiles dedos de Amadeo.
Jorgelina era una mujer modernísima, algo desenfadada y chispeante, geno era el extremo opuesto, algo anticuada, quizá un tanto aburrida, grace, alegre, extrovertida, siempre dispuesta a jugar. Y fue así como tuvimos hasta una noche de carnaval en la que ella brilló con luces propias ; la verdad ella misma inventó su desarrollo, vistiendose para el efecto con una traje de fiesta que causó sensación ! fue una noche como pocas, que ya nadie olvidó. Entre los varones asiduos al café estaba fidel, hombre exigente, distinguido, severo. Y, me parece que la noche de la fiesta, no asistió ... la verdad a él lo he encontrado en otros lugares, pero , es como su sello llegar a un lugar a veces con gesto desaprobatorio, saludar y despedirse prontamente. Lo conozco de años y siempre es el mismo, pero no por eso es menos querido. Mientras describo todo esto, siento más fuerte la nostalgia, y no logro entender cómo es que dejé de frecuentar ese lugar que tan bien supo albergar a sus asiduos, gente que al ser tan opuesta resultaba doblemente encantadora. Bello lugar, bellos recuerdos, cosas que se pueden vivir a veces lúdicamente sólo en internet.
Me permito copiar este escrito mío de hace tiempo, hoy que Galvarino hace mención del Café, que tan bien nos acompañó por tanto tiempo y nos hizo avivar la imaginación con tanto deleite. Yo era Geno, y fridolin era por cierto Galvarino.
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Estuve como una hora buscando sin éxito, la foto que le tomé a Fidel, cuando nos juntamos en el Gatsby de Providencia hace años, de manera que me robé la de su perfil en Facebook. Ya no se aparece por ahí. Espero que se encuentre bien. Al menos de cuerpo presente, es una persona simpática y no mostró en ningún momento su aspecto confrontacional. (Lo cual, reconozco, me dejó un tanto frustrada).
Lo pasamos bien en el Mozart, mientras duró y a tod@s se les extraña.
Por un tiempo, soñaba con la posibilidad de crear un café de verdad, pero que funcionaría sólo una vez al mes, en las noches de luna llena. Por cierto, tendría que estar instalado en una terraza o trepado en una torre, abierto al cielo en verano y con cubierta transparente durante los meses fríos.
Allí nos reuniríamos algunos amigos al oscurecer, mientras la luna, enorme, va elevándose desde la cordillera. Leeríamos primero esos famosos poemas a la luna de Li Po o Li Bai, nacido en el 701. (No los puedo copiar ahora, porque el pc sólo me permite una imagen o un texto por mensaje).
Luego, los allí reunidos leerían sólo uno de sus propios versos, y conversaríamos en torno al vino, o a lo que sea preferido por los demás. Muchos estuvieron de acuerdo, pero todos vivimos en casas de un piso. En Santiago, hay muchos lugares donde darse ese lujo, aunque no sea tan en privado, pero está !tan lejos! de nuestra posibilidad de regresar sanos y salvos a casa.
Es posible que en este portal, entre tod@s, se pueda armar un café de lunas llenas, con luces, música y la ambientación necesaria para hacerla aparecer en todo su esplendor.
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De: diana72 |
Enviado: 10/12/2015 22:32 |
Querida Laura, reconozco que Fidel como amigo era simpático, muy caballero y que es posible que como personaje del café, me pareció distinto, no conocí a nadie en persona, pero sí vi muchas fotos de él con su esposa en las convivencias de grupo. Te cuento que entre mis amigos de la época conocí también virtualmente a Casanova, que era el bromista, ingenioso, ocurrente, y que ahora hace meses se me ocurrió saludarlo en su día de cumpleaños por facebook
Mala idea, un hijo me contestó que había muerto el año pasado ... quedé descolocada, me culpé por no haberme acercado antes.
Claro que se extraña el café y todos a los integrantes, ficticios y reales y claro que sería maravilloso abrir uno de verdad, pero, creo difícil hasta crear uno virtual, pienso que son otros tiempos ... Qué bien lo pasamos allí ! |
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Hermoso tu escrito y tan descriptivo y fragante.
Me encanta ese ambiente bohemio y tantas añoranzas de un pasado que fue mejor....
Gracias querida amiga por compartir tus bellos recuerdos.
Bibi |
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De: paty |
Enviado: 20/12/2015 15:29 |
¿Y por qué no reinaguran en Café Mozart los que ya lo disfrutaron una vez? ¿ Serían Diana, Laura y Galvarino?. Y nos vamos agregando una vez que captemos como funciona.
Imagino lo que describen y se me viene a la mente Carpe Diem |
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Nada de fácil resucitar algo que existió hace años, pues no están los demás protagonistas. Solo resta crear algo nuevo. |
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Muy buena idea Paty...creo que hay que atreverse aunque sea difícil...
Carpe Diem amigos !!
Cariños
Bibi |
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La verdad es que el Café Mozart fue un espacio digital que nos hizo a un grupo de personas sentirnos muy cercanos, y fuimos cada uno de nosotros imaginando personajes, situaciones, y yo esperaba llegar a casa (en ese tiempò trabajaba) para encender la computadora y entrar al Café imaginando que estaba en ese lugar donde me esperaban el dueño, la camarera y el pianista. Todos inventados y tan reales como nosotros.
Aquí me siento bien, aunque acabo de llegar. Pero casi sin querer me imagino que esto es un lugar, un espacio real en donde los voy reconociendo, aprendiendo a conocerlos y a compartir mis condidencias y a escuchar las vuestras. El café Mozart fue la iniciativa de Laura (mi bienamada tía Laura) ella lo creó y los demás nos fuimos acoplando. En este lugar aún está muy presente que estamos en Internet. Pero ya empiezo a imaginar a cada uno de ustedes. Y ya veo que hay personas que viven en en Madrid, en Concepcion en Santiago, en Calera. Ya es algo. Las fotos me van dando los rostros con todo lo que eso cuenta de una persona. Como estamos tan lejos no es fácil que nos encontremos en carne y hueso. Pero podemos acercarnos.
Les cuento por ejemplo que yo vivo en Motril, cerquita de Granada, que vivo solo en un departamento que está bien, con mucha luz en un edificio no muy grande, la mayoría gente mayor. Que cada día tomo desayuno en un café a pocos metros. Es muy barato. Que cada día compro mi comida lo cual me obliga a salir y ver gente, charlar y caminar. Y por las tardes a veces, me bebo un vinito con alguna persona amiga.
Ya ven, cosas cotidianas, Y me gusta vivir así. Un abrazo |
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