Bien observado dijo Cipriano Algor, una vez más queda demostrado que no les conviene a los viejos discutir con las generaciones nuevas, siempre acaban perdiendo, p. 86.
"Un perro de más edad, y por esa razón, suponiendo que la edad está obligada a soportar culpas duplicadas, más cínico que el cinismo que no puede evitar tener, comentaría con sarcasmo el afectuoso gesto, pero eso debería ser por que el vacío de la vejez le habría hecho olvidarse de que, en asuntos del corazón y del sentir, siempre la demasiado es mejor que lo escaso." p. 97.
la decisión final sólo la podrá tomar el padre, sin ser forzado por insistencias ni presiones de terceros, aunque estuviesen justificadas por el amor filial o por aquella llorosa piedad que los viejos, incluso cuando la rechacen, suscitan en el alma de las personas bien formadas." p. 115
"Perdona, no quería ofenderte ni ser desagradable contigo, a veces no puedo evitarlo, es como si fuese más fuerte que yo, y no vale la pena que me preguntes por qué, no te respondería, o te diría mentiras, pero hay razones, si las buscamos las encontramos siempre, razones para explicar cualquier cosa nunca faltan, incluso no siendo ciertas, son los tiempos que mudan, son los viejos que cada hora que pasa envejecen un día, son el trabajo que deja de ser lo que había sido, y no nosotros que sólo podemos ser lo que fuimos, de repente descubrimos que ya no somos necesarios en el mundo, si es que alguna vez lo fuimos, pero creer que lo éramos parecía bastante, parecía suficiente, y en cierta medida eterno, durante el tiempo que la vida durase, que eso es la eternidad, nada más que eso." p.120.