Los billares santiaguinos - "PORTAL CHILENO"

Siempre recordando Santiago en los años sesenta yo era un asiduo visitante de los salones de pool y billares. Durante años este juego era para mí casi más importante que una novia. La verdad es empecé a jugar en el barrio de Franklin entre San Diego y Gálvez. Un salón muy viejo, sucio y donde el público éramos muchachos muy jóvenes de alguna manera ligados al barrio Matadero. En mi cadso era porque estudiaba en el liceo Barros Borgoño en la calle San Diego.

Luego comencé a frecuenrar los billares Alonso en 10 de Julio esquina de Lira. Era un salón grande, muchas mesas y estaba limpio y cuidado. El público eran gente más adulta, muchos de ellos de alguna dorma ligados al barrio de los Callejones que estaba allí mismito. Podría decir que allí aprendí a jugar mejor sobre todo billar, un juego de reflexión casi una ciencia de la geometría y los reflejos.

Pero un tiempo después comencé a frecuentar los Shangai que era un local de un matrimonio chino en la esquina de San Diego con Coquimbo. El público era allí más variado, mucha gente cercana a la actividad del teatro Caupolicán. En esa época San Diego era un centro de actividad comercial, de bares, de teatros y una vida llena de gente de día y de noche.

Por ahora les dejo hasta aquí este paseo por los billares. Pero lo voy a continuar. Buenas noches.

Disculpame Galvarino, pero es lo único que siempre supe de esos lugares, para mi es sorpresa tener otra versión

Nunca conocí esos lugares, pero recuerdo vagamente algún otro más central. La gente se dedicaba al pool, el billar es demasiado difícil, supongo que exige horas y horas de entrenamiento. Fui alguna vez con mi marido a un lugar donde se jugaba ajedrez y pool. Si tuviera espacio, me compraría una mesa.

A propósito de los Callejones, leí el relato de un antiguo compañero de taller, un maestro zapatero, que vivía por esos barrios. Si lo logro encontrar en el pc, lo traeré aquí.

Nunca he entrado a uno, era como tema de hombres. Mi hermano cuando tenia como 15 años iba y mi papá cuando " lo pillaba " lo sacaba del lugar. Viviamos en esos años en Villa Alemana y mi papá le tenía de sobrenombre " el gerente del pool " ....

Te contaré querida Anny que fui algunas veces a aquellos billares de Eleuterio Ramirez. Sí, la verdad es que eran bastante cutres(cómo se decía en Chile?) y sucios aunque la mayor´çia del público eran muchachos muy jóvenes. Allí el "maestro" era el loco Zelada, un tipo extraño, muy callado, con su eterno cigarrillo en los labios, una mirada triste casi ausente y un pulso increible. Pero a los que tú recuerdas querida tía serían los Merced en la calle del mismo nombre donde el ambiente era más "selecto" y se jugaba ajedrez. Yo jugaba billar y así estaba un poco al margen de los jugadores de pool siempre más frívolos. El billar lo jugaban gente ya más mayor, hombres del mundo de las finanzas, abogados, empleados del centro. En Ahumada estaban los Ahumada, tal vez los más elegantes de la capital. Un salón enorme, el precio bastante caro, y allí se reunían los mejores. El público de esos lugares eran lo más pituco de Santiago. Niños de familias bien, profesionales. Y los jugadores que vivían del juego eran siempre muy bien vestidos, atildados y corteses. Recuerdo al pelado Salas, un hombre alto, calvo, Al Julio, un muchacho del Instituto Nacional que poco asistiría a clases. Ambos eran muy buenos. Y a veces aparecía alguno que era realmente un maestro . Había mesas que teníagradas alrededor donde el público se sentaba a admirar a los jugadores. Allí acudía el señor El Caregallo Valdivia un verdadero genio, y el señor Iglesias, campeón sudamericano de billar. Luego estaban en Alameda con Arturo Prat los famosos Manila. Ese era mi lugar habitual. Era un sótano al lado del bar El Chuncho. Allí pasé muchas horas de mi juventud. Y en esa época yo jugaba bien. Pasaba allí las noches y así una noche al salir del sótano con ganas de respirar el aire frío del Santiago nocturno, atravesaba yo la Alameda para entrar al Il Bosco cuando me encontré a mi gran amor. Pero bueno. Esa es otra historia. Un abrazo.

Ah... il Bosco ¡Cuántas historias! A vuelo de pájaro, recuerdo a Tito Mundt, Enrique Lihn, Ruperto Salcedo, los periodistas de Las Ültimas Noticias, Mario Espinoza, Enrique Lafourcade, Gaby Garfias, Luis Diharce, los pintores Ricardo Florsheim y el gran Magalo Ortiz de Zárate (qué buen guardaespaldas) y tantísimos otros, pero eran gente de una generación más antigua.

Amig@s nunca entre a un billar ..

Billar y pool son juegos muy entretenidos, que merecen ser sacados a la luz, para librarlos del estigma de ser considerados lugares sólo frecuentados por delincuentes y gente pendenciera.

Ocurre lo mismo con las plazas de los barrios marginales. Se apoderan de ellos los grupos de ociosos, que se dedican a beber o consumir drogas, apedreando las luminarias y dejando todo cubierto de basura. Al final, se convierten en sitios a ser evitados.

Para recuperarlos al uso al que están destinadas, los vecinos se han puesto de acuerdo y se reúnen allí a conversar, llevan a los chicos a jugar, etc. Esto, lógicamente, atrae a los vendedores que esperan la oportunidad para ofrecer regularmente mote con huesillos, helados y otros refrescos. Esto atrae más gente y los grupos agresivos se van con la música a otra parte.