Cierta vez leí una entrevista a un famoso escritor en la que contaba que todo escritor que comente que no lee a otros autores miente, y que es común y regla general que se copien ideas. Esto me hace llegar al lugar común de que "no hay nada nuevo bajo el sol" y que resulta quizás lógico y natural que luego de leer cosas por ahí, se pueda redondear un gran tema. Ahora el derecho de autor es cosa complicada... es mucho más serio, supongo. Aquí dejo parte de una entrevista a una joven escritora portorriqueña: (La escritora Ana María Fuster Lavín reside en San Juan de Puerto Rico. Allí se desempeña como correctora legal del Tribunal Supremo y correctora del mensuario universitario Diálogo. Es una asidua lectora y colaboradora de El Confesionario. Acaba de publicar su primer libro de relatos Verdades Caprichosas. Así nos brinda en exclusiva su primera entrevista sobre este acontecimiento.) AMF- Muchos de los escritos del libro nacieron en esos momentos en los que uno necesita crearse nuevas experiencias o salir del tedio o verdadero aburrimiento en la rutina diaria del trabajo, estar en una oficina-cubículo corrige que te corrige opiniones y sentencias del Tribunal Supremo, no es algo muy creativo que digamos. Así que siempre tengo algún libro ya sea una novela, o ensayos o poemas, para a escondidas leer un par de paginillas, pero a veces en vez de leer me pongo a imaginarme y así... Rápido trato de copiar la idea o releer poco a poco otras escritas y así le voy dando forma a algunos de estos relatos. Claro que después los sigo trabajando en la calma e intimidad de mi hogar. Otros los he escrito por coraje al ver las noticias, la política y sus maravillosos protagonistas; y hasta como El árbol solitario, que lo escribí a partir de la hermosa fotografía que ahora protagoniza la portada del libro que me envío mi querido amigo Mario Sotil (autor del prólogo) desde Bolivia. Otros los he escrito con la idea de la crítica social, política, y se transforman poco a poco en una narración donde esa crítica ya es secundaria o solapada, esto ocurrió con El Rocerseló y La libertad de Mauricio. Claro, esas ideas van creciendo cada vez que leo y retomo cada relato, los corrijo y reescribo al menos 3 ó 4 veces. "
O sea... ideas originales, son rarezas como joyas carísimas.
Nota: esto lo escribí en el 2009
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